Las tepocatas aman en cuaresma
De ninguna manera estoy contra una de las más bonitas tradiciones de la llamada alquimia electoral, la compra de voto, aunque no esté apegada necesariamente a la lógica del mercado, que se basa en las leyes de la oferta y la demanda. Me explico: como están las cosas, el nivel de las encuestas, el descontento social de aquellos que no saben valorar, se me hace muy mala onda que solo ofrezcan 500 pesos por la fotocopia de tu credencial de elector para asegurar el voto tricolor en las urnas. Cualquier economista del ITAM, lo sabe, lo sabe. El propio dotor Mit, que dice saber de cuentas y números, que conoce las entrañas bienhechoras del capitalismo y el libre mercado, debería estar de acuerdo con que
esos 500 varos son una bicoca, que por lo menos ese voto debería costar el triple cuando no el cuádruple.
De hecho no me extrañaría que en cualquier momento el Sindicato Nacional de Vendedores
del Voto Útil e Inútil comience a manifestarse. Ahora bien, no está escrito en ningún lado pero yo digo que todo negocio debería de cuidar la clientela. No puede ser que el PRI, que está más PRIcámbrico que nunca (ha regresado tanto en la evolución que ya le falta un grado para ser bacteria), permita que los mismos que reclutan a quienes habrán de venderles su voto, luego de darles su lana a una cuadrita más adelante me los atraquen y les quiten el recurso que ya le habían dado, como pasó en estos días. Abren el CEN del partido para la vendimia de votos y a la salida le roban a la gente; así no funcionan las cosas, pues los asaltados ya no van a sufragar por Mit nada más de puro coraje. Digo, como si no hubiera de por sí muy pocos alicientes para apoyar a #YoMero que está más apagado que la selección (sin escorts no son nada), pues con esto menos.
Es como con ChickenLittle Anaya, que quiere que lo apoyen después de su melodramota ranchero con lo del video de Barreiro (bueno, solo le faltó acusar a mi lic Peña de ser el nuevo Luisito Rey) y lo único que se le ocurre es reunirse con Fox en el aeropuerto para perder el medio punto que había ganado.
No sé por qué tengo la impresión de que todo esto es una cortina de humo para que no le hagamos caso a la conversión de la Auditoría Superior de la Federación en tienda de conveniencia... de conveniencia para los profesionales de las estafas maestras.
Parece que el INE espera a que la compraventa de votos se haga en la venta nocturna de Liverpool para hacer algo. Aunque sea que le exijan al PRI que no sean tan lángaros.