Sueño Guajiro
H ace unos días se conoció la designación de Ana Peláez como nuevo integrante del Comité de la ONU para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) para el período 2019-2022, noticia que fue acogida con gran júbilo en propios y extraños ya que la española se convierte en la primer mujer con discapacidad visual en ocupar un lugar en el organismo que supervisa la aplicación de la Convención en los Estados partes, entre ellos México.
Si llegar a ocupar un lugar en los organismos internacionales es ya un logro digno de vitorear, lo es aún más cuando se da entrada a una persona con discapacidad, pues se ha visto que aunque tengan formación, capacitación y profesión para realizar el trabajo, los ‘filtros’ suelen ser no muy confiables para la evaluación de sus capacidades y terminan por ofrecerles el puesto de ‘ayudantes’.
Imagine lo que sucede en ámbitos como los locales, donde de manera frecuente somos testigos de lo subestimado que están los jóvenes con alguna discapacidad y que a pesar de tener título en mano se quedan al margen de la lista de candidatos a contratar, pues lo ocupadores no conocen cómo evaluar sus habilidades, destrezas y conocimientos laborales o simplemente dicen tener ‘miedo contratar una persona así, porque no sé cómo tratarla’.
La semana anterior se acercó a Autismo San Roberto, Amanda la madre de Miguel Ángel, un joven con asperger de 26 años de edad, licenciado en Idiomas por la Universidad del Noreste, quien llevaba dos años buscando ser contratado, y solo aplicaba para el área de intendencia. Pedía orientación y asesoría para conocer de qué manera hacer realidad la Inclusión Laboral de la que tanto se habla y poco se vive.
El contenido de nuestra plática la centramos en la preparación, capacitación, habilidades, destrezas, talentos, expectativas, sueños y anhelos de Miguel Ángel y no solo en la condición del asperger con que vive, eso solo matiza su personalidad, no lo define.
Reconocemos los esfuerzos que el gobierno y la iniciativa privada hacen por ocupar a personas con discapacidad, pero si no se valora el capital humano desde su potencial, seguiremos hablando de la Inclusión Laboral como un sueño guajiro.
Hoy, Miguel Ángel toma un UBER para presentarse a su lugar de trabajo en punto de las 9 de la mañana y realizar labores de oficina acordes a la preparación académica y profesional en la que ha invertido varios años de su vida. Primero Persona.