Autoridades anunciaban la rendición del “Chacharrón”
El férreo revolucionario llamado Isabel Guerrero, por fin se entregaba, poniéndose en una postura pacifista
El temible Chacharrón, tomó la decisión debido a que ya no gozaba de sus años mozos de liderazgo hacia sus hombres, así que prefirió irse bajo el marco legal del estado de Puebla.
En cuanto a la raza que seguía al cabecilla en sus experiencias revolucionarias, se dijo que se habían esparcido por diferentes puntos de Tlaxcala dedicándose a trabajos agrícolas, lo cual el general Máximo Rojas, consideró como bueno pues en Puebla ya disfrutaban de un ambiente de tranquilidad.
Mientras había tonos de paz en el centro del país, los raptos en esas fechas eran algo comunes y parece que de mucho menos nivel de delictivo, ya que lo que se raptaban eran mujeres para que, inevitablemente, los padres debieran obligarlos a contraer nupcias, tal como coloquialmente se dice en La Laguna “Se la robó”.
Tanto así que en Pachuca, Hidalgo, reportaban cinco raptos a señoritas en un solo día, mujeres jóvenes y de familia pudiente, ‘de lo mejor de la sociedad’, mandaba un corresponsal a La Opinión, y que la policía ya buscaba a los raptores mientras que la gente de esa zona estaba consternada porque hace tiempo que no se registraba una nota social de esta índole.
Esa incertidumbre no era la misma para los afectados por los sismos en la Ciudad de México por el apoyo tanto nacional como internacional, tal como el caso de El Salvador con el gremio telegrafistas y telefonistas quienes organizaron actividades para llevar víveres para los damnificados.
Ya en la frontera, más específico en El Paso, Texas, era confiscado el mayor cargamento de contrabando de licor que hasta ese día había intentado pasar por el distrito de Big Bond.
40 cajas de whisky “Canadian Club” se encontraron en dos ‘potentes’ automóviles. Mientras que los presuntos traficantes señalaban en su declaración que el licor tenía como destino el poblado texano de Fort Worth.
Cabe recordar que en el país vecino del norte prevalecía la ley seca que estuvo vigente entre el 16 de enero hasta el 6 de diciembre de 1933.
Asimismo en ese país ya se anunciaba que había una disminución en ataques hacia México, y no por poca cosa, ya que los americanos se estaban llenando sus bolsas de billetes verdes con enormes ganancias derivadas de la explotación del petróleo aportando varios miles de millones de dólares en sus fondos de reservas además de los empleos producidos.