Algo que es otra cosa III
Según el profesor Richard Wolff (y muchos otros que lo vemos de primera mano), el capitalismo ha creado una radicalización desigual de la riqueza en los lugares donde se ha echado a andar. Otro de los efectos de esta distribución desigual es que las élites que controlan la mayor parte del capital no autorizan el funcionamiento “saludable” de la política, ya que saben que las masas utilizarán el poder político para deshacer lo que ellos han hecho.
Wolff advierte, basado en ideas de Marx, que cualquier declaración de igualdad y de redistribución de la riqueza fracasará porque será deshecha por el sistema por medio de su comportamiento normal, a menos de que se reestructure la manera de organizar la producción, en una forma que el grupo (y no una minoría) decida qué se produce, cuándo se produce, qué se hace con la producción y qué se hace con las ganancias. Esto es lo que han llamado sistema de cooperativas.
Una de las claves de este sistema es repensar el lugar de trabajo. En vez de que éste sea el espacio donde acudimos a dar horas por dinero para luego irnos a vivir la vida, que sea el punto donde empezamos a construir todo lo demás de acuerdo con los principios de igualdad y redistribución de riqueza y poder. Desde esta perspectiva, el capitalismo se vuelve un obstáculo. Lo mismo sería el socialismo.
De esta manera, se tendría que pensar en un modo de vida que esté fuera de esos dos sistemas.
En el portal ownership-economy. net encontramos una serie de videos donde se desarrolla el concepto de “economía de propiedad”. El sitio argumenta que la división del trabajo marcó el cambio en la mentalidad de las personas en el surgimiento de la revolución industrial, y que de propietarios pasaron a trabajadores, definiendo su identidad por medio de esta especialización. La división del trabajo continúa materializando nuestra experiencia del ser hasta el día de hoy.
El punto sería crear una economía en la cual se echen para atrás tanto la división del trabajo (y el corte de la identidad que provoca) y hacer que los trabajadores sean dueños de sus medios de producción para crear una democracia de la propiedad.
¿Son estas visiones utópicas? En la próxima entrega hablaré de un caso específico de este tipo de economía, desarrollado en nuestro país.