Las razones de la victoria
La jornada del primero de julio es motivo de múltiples reflexiones. La semana pasada en el programa Tercer Grado, analicé junto con mis compañeros Denise Maerker, Carlos Loret de Mola, Joaquín López-Dóriga, René Delgado, Raymundo Riva Palacio y Leo Zuckermann algunas razones de la probable victoria de Andrés Manuel López Obrador. Aquí resumo los principales argumentos, clasificados en dos vertientes: contextuales y de campaña.
El primer factor de contexto tiene que ver con el acercamiento ideológico entre el PRI y el PAN, como consecuencia de que ambos adoptaron la agenda neoliberal desde finales de los 80. Más recientemente, con el Pacto por México, el PRD se sumó de cierta forma a ese consenso.
Los tres partidos quedaron marcados por este acuerdo del que López Obrador tomó distancia. Así, Morena quedaría al margen del descrédito del gobierno y de la falta de resultados tangibles de las reformas estructurales aprobadas.
La reforma fiscal de 2013, el escándalo de la casa blanca, la tragedia de Ayotzinapa y, luego, el gasolinazo, alimentaron el enojo y provocaron caídas históricas en la popularidad del Presidente. Al mismo tiempo, validaron el discurso que López Obrador venía repitiendo por más de una década.
Pero más allá del contexto, en la victoria del tabasqueño también contaron sus aciertos y los errores de sus adversarios. La expe- riencia acumulada le permitió evitar fallas del pasado e impulsar la campaña mejor organizada y enfocada de este proceso. Los reporteros que siguieron a los candidatos presidenciales dan cuenta de ello.
Los desaciertos quedaron del otro lado, como lo destaqué la semana pasada. Meade y Anaya se creyeron la historia del voto útil y promovieron una lucha encarnizada por el segundo lugar, sin darse cuenta de que los beneficiarios serían Morena y su candidato.
Así, aunque la campaña de López Obrador canalizó con éxito el desencanto social y el deseo de cambio, la rotunda victoria no podría entenderse sin considerar la poderosa combinación de sus aciertos con los desaciertos de sus opositores.