TRATAMIENTO PARA EL TRISTE TIGRE
Afortunadamente no soltaron al tigre y se quedó con ganas de encender la mecha de la revolución. Mientras el pueblo bueno celebra la cuarta transformación, nadie piensa en el pobre felino, quien no gozó de la amnistía y se quedó amarrado. Para que no sufr
Taller de autoestima. El objetivo es que recupere la confianza y el orgullo de un ser majestuoso, porque después de este golpe quedó como tigre de circo clandestino.
Integración. No hay que aislarlo, ya que puede crecer el resentimiento contra quienes no lo soltaron. Lo mejor será integrarlo. La idea es que un día a la semana trabaje como mascota de los Tigres de la UANL, los Tigres de Quintana Roo y Los Tigres del Norte.
Dieta blanda. En lugar de darle de comer bisteces, habrá que darle alimentos altos en fibra y lácteos para soltarlo, aunque sea del estómago, al mejor estilo del Tigre de Santa Julia.
Visita conyugal. El felino rayado está triste, cansado, ojeroso y sin ilusiones porque no lo dejaron salir a incendiar el país. Sin embargo, como una señal de reconciliación, el Peje podría mandarle a la Tigresa del
Oriente para que le dé masajito con rugido. Con esto, relajará las rayas.
Hueso. El tigre está frustrado y la frustración lleva al enojo y el enojo a la violencia. Antes de que se vuela loco y atente contra el pueblo, habrá que darle un puesto que lo mantenga ocupado. La terapia ocupacional evitará que no termine como asesino solitario en Estados Unidos. Ojalá que le den la secretaría para pintar cebras peatonales.