Miguel Espino imparte Abada-Taller
De Fotografía Femenil del Valle de Chapala, en la búsqueda de ofrecer oportunidades de desarrollo creativo a niños y niñas
Con el antecedente de haber ideado un taller de fotografía documental para niños, todos vecinos de la colonia Chapala en Gómez Palacio, el maestro Miguel Espino continúa explorando la enseñanza en este modesto espacio habitacional lagunero.
Si el punto de partida en el pasado fue a través del proyecto denominado Colectivo Comunitario de Fotografía de Gómez Palacio (CoCoFoGP), ahora lo hace con la denominación de Abada-Taller de Fotografía Femenil del Valle de Chapala.
“La grandeza nace de los pequeños inicios (sic parvis magna) el cual fuera lema de Sir Francis Drake, personaje que libró largas batallas en contra de grandes enemigos y en el camino, ganó adeptos y el reconocimiento de la sociedad. Este lema me inspira pues actualmente tengo un nuevo pequeño comienzo en un proyecto fascinante”.
Catedrático en la Universidad Iberoamericana, este fotógrafo impulsa de forma paralela sus proyectos artísticos y creativos. Pero también la idea de que al hacer comunidad se brindan nuevas oportunidades de vida para las personas, lo que redunda en una sociedad más solidaria y consciente.
“Hace poco más de un año que fui invitado a participar en un proyecto que me entusiasmó y que se gestó durante meses para cristalizarse en agosto del 2016. Se trataba de trabajar con un grupo de 20 niños de un polígono vulnerable para realizar un taller de fotografía documental que tenía como objetivo, a través de las actividades fotográficas, cambiar paradigmas en los niños.
“La idea fue el otorgarles las herramientas para mejorar sus habilidades, en un entorno hostil, peligroso por rodearse de oportunidades de volcarse hacia la delincuencia, por las carencias que se tienen en éstas áreas”, precisó.
Auspiciado por la Secretaría de Cultura dentro del programa federal “México, cultura para la armonía”, el proyecto CoCoFoGP fue administrado por la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas a través de la Dirección de Colectivos Comunitarios, la Unidad Regional de Culturas Populares de Durango y el Instituto de Cultura del Estado de Durango.
La participación, recordó Miguel Espino, le dejó un gran sabor de boca pues trabajó con 20 menores que pertenecen enecen al Club de Niños y Niñas del DIF de Gómez Palacio, alacio, donde se llevaron a cabo las sesiones de los talleres eres que impartió.
“Fue un proyecto muy satisfactorio pues con on el apoyo de las instituuciones, se logró formar r un equipo de trabajo que me brindó todo el apoyo para cumplir los objetivos que el programa marcaba… a… El proyecto aún continúa, a, yo participé en la primera parte que ue duró un año, luego me tocó comenzar zar la segunda, que por tiempo y compromisos mpromisos me vi forzado a interrumpir”, mpir”, precisó.
Sin embargo, indicó óEspino Espino, por la satisfacción que le brindó este proyecto, en la primera oportunidad, antes de concluir el año anterior, propuso al Instituto Municipal de Cultura a través del Consejo Ciudadano de Cultura, la realización de un taller de fotografía en el Valle de Chapala. En él contempla beneficiar a los chicos del proyecto anterior sin trasladar ni obstaculizar las posibles actividades de CoCoFoGP, aprovechando que se llevaría a cabo la emisión IX con un fondo tripartita, para la promoción y realización de proyectos artísticos y culturales del Programa de Desa-