Milenio Laguna

El próximo secretario de

Estado afirma que la OSM, la Feria del Libro y la sala Nezahualcó­yotl “son las únicas en las que nunca he tenido una crítica negativa”

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Su fundador, Javier Jiménez Espriú, considera a la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) una institució­n “impoluta”. Una de las tres cosas por las que nunca ha tenido críticas negativas, afirma con orgullo el ingeniero y futuro secretario de Estado, que gracias a la música creó una agrupación cultural cobijada por la UNAM, que cumple 40 años y en la que se ponen de acuerdo incluso los antagonist­as.

Señora ya de cuatro décadas, la Sinfónica de Minería es una orquesta de ingenieros, una “organizaci­ón civil cuyo único objetivo es crear música sin fines de lucro. Músicos e ingenieros siempre nos hemos entendido bien”, dice su director artístico desde hace 12 años, Carlos Miguel Prieto.

Además de su centenar de músicos, la OSM reúne en sus consejos directivo, consultivo y artístico a gente que en ámbitos políticos, empresaria­les o intelectua­les puede estar enfrentada, como se vio en la pasada elección. Están Carlos Slim, Saturnino Suárez, Enrique Krauze o Raúl Salinas, los ingenieros; o de otros gremios, como Luis Téllez, Carlos Hank Rohn, Javier Lozano, Juan Ramón de la Fuente, Federico Reyes Heroles, Rafael Moreno Valle Suárez o Fernando Solana.

Jiménez explica por qué hombres tan poderosos como Slim respaldan la OSM: “La música es un elemento de comunicaci­ón entre los hombres extraordin­ario; oyendo música clásica se convence todo”, dice el virtual secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s.

Melómano desde joven y amigo de adolescenc­ia de artistas como Plácido Domingo o Eduardo Mata, Espriú tomó las riendas de la facultad de Ingeniería de la UNAM en 1978 después de ser secretario general de la casa de estudios. Poco antes de asumir aquel encargo, el músico Jorge Velasco ya lo había convencido de crear una orquesta con lo mejor de otras orquestas y así nació la Academia de Música del Palacio de Minería, que dio origen a la OSM y más tarde a su asociación civil.

Cuenta en entrevista con Milenio Diario que siempre tuvo “una respuesta extraordin­aria y fantástica” de quienes invitó a los consejos, en inicio 52 ex alumnos. Y resume más adelante que la fraternida­d entre las personas es una de las principale­s impulsoras de la sociedad.

El programa de aniversari­o del Javier Jiménez Espriú, nominado para formar parte del eventual gabinete de Andrés Manuel López Obrador. verano 2018, que incluye las nueve sinfonías de Beethoven parece dar argumentos a Espriú: arrancó un fin de semana después de la elección presidenci­al con la Quinta Sinfonía y el Concierto para violín y orquesta del genio de Bonn, que se clausurará con galas el 31 de agosto, en Bellas Artes, y el 1 y 2 de septiembre en la sala Nezahualcó­yotl, con sus sinfonías Octava y Novena, obra maestra cuyo último movimiento incluye la parte coral con la fraternal Odaala Alegría de Schiller. Y el 9 de septiembre se suma otra gala con el tenor Javier Camarena honrando a Rossini.

Recuerda que en los inicios de la asociación los consejeros eran solo ingenieros de la UNAM, pero después fueron invitados a colaborar otros gremios y se sumaron primero químicos y luego abogados y economista­s. Eso, relata, lo destacaba el segundo director en la historia de la agrupación, Luis Herrera de la Fuente, quien entusiasma­do comentaba por todas partes que era un caso insólito en la historia de la música que un gremio integrara una orquesta extraordin­aria y la mantuviera.

“Cuando vamos a verlos y los invitamos a integrarse no hay quién se resista; es un proyecto hermosísim­o. No hay quién se atreva a decir no; todos nos han dicho que sí y participan entusiasta­mente y apoyan a la orquesta”, refiere.

Amigos de la música

Al respecto, Prieto considera que más que ver gente poderosa detrás, ve amigos de la música y de la orquesta. “Es realmente una asociación de amigos de la música que promueve la música buena”, coincide, por separado, Gerardo Suárez, presidente de la institució­n.

“Han sido 40 años de mucho trabajo, no es fácil para una asociación dedicada a la cultura el mantenerse vigente. Esto es gracias al apoyo que hemos tenido de los socios, consejeros y patrocinad­ores”, comenta Suárez, uno de los artífices de que estrellas de la ópera mundial como Elina Garanca, Diana Damrau, Nadine Sierra, Juan Diego Flórez, Javier Camarena, Ramón Vargas o Francisco Araiza hayan cantado con la OSM.

Afirma que la OSM llega a sus 40 años con una gran tradición: ofrecer grandes espectácul­os, pero subraya que ha cambiado mucho en estas cuatro décadas al ya no ser solo una orquesta de verano, sino que ofrece conciertos especiales a lo largo del año, como los que tendrá con la música de John Williams para Star Wars este agosto en su sede.

Asegura que desde que asumió la presidenci­a, el mayor reto ha sido mantener la organizaci­ón financiera­mente viable y colaborar con Prieto para ofrecer espectácul­os de la mejor calidad con programas variados y solistas de primer nivel, a quienes

La música es un elemento de comunicaci­ón extraordin­ario”, detalla su fundador

se puede traer gracias a patrocinio­s y asociación con ProÓpera.

En su turno, el director de la OSM expresa su orgullo por imprimir gran personalid­ad y perfil de alegría a la orquesta, que ha mantenido un público numeroso y fiel. Los músicos que selecciona, señala, deben tener ganas de trabajar, de hacer equipo y disponibil­idad de pasar sus vacaciones tocando con el ensemble. Eso se recompensa cuando resuenan los aplausos, entre otros, para la concertino Shari Mason o para la percusioni­sta Gabriela Jiménez.

El primer programa de la OSM, con funciones dirigidas por Jorge Velasco en 1978, incluyó la Pequeña serenata nocturna, de Mozart, el Concierto para violínyorq­uestade cuerdas, de Hartmann, con el alemán Leon Spierer como solista, y la suite de ballet Carmen, para cuerdas y percusione­s, de Rodion Shchedrin, a partir de la ópera de George Bizet.

Durante 2017, la OSM ofreció 84 conciertos, incluyendo los 19 de su temporada de verano, a los que asistieron 84 mil 312 personas. Con Prieto, presentó los ciclos completos de sinfonías de Beethoven y Gustav Mahler, que para el también director de la Orquesta Sinfónica Nacional, ingeniero e hijo de otro ingeniero y músico célebre, el chelista Carlos Prieto, significan su mayor reto, satisfacci­ón y orgullo. Antes, en 2010, obtuvo con la agrupación y el violinista Philippe Quint una nominación a un Grammy.

Cuando dirigió la facultad de Ingeniería d(1978-1982), Jiménez Espriú también fundó la FIL de Minería, además de participar en la edificació­n de la sala Nezahualcó­yotl y del Centro Cultural Universita­rio.

“Mi mayor orgullo es que la OSM surgió desde cero y hoy tiene 40 años de una consistenc­ia y calidad extraordin­arias, es una organizaci­ón impoluta, que nunca ha tenido un problema. De las muchas cosas que he hecho en la vida, la Sinfónica de Minería, la Feria del Libro y la sala Nezahualcó­yotl son las únicas tres en las que nunca he tenido una crítica negativa”, expresa Jiménez, que en 1982 dejó la dirección de la facultad para irse de subsecreta­rio con Miguel de la Madrid.

—Esperemos que en su próximo encargo como secretario tampoco vaya a haber críticas.

—No, ahí sí va a haber muchas críticas, porque tenemos muchas cosas polémicas. Pero creo que las críticas siempre serán útiles, porque nos ayudarán a superar las cosas.

Sobre qué ejemplo puede dar la OSM al país después de la campaña presidenci­al, el futuro secretario, que entre otras cosas tendrá que lidiar con el diferendo sobre la construcci­ón del NAIM, responde que cuando hay un objetivo claro, definido y que no plantea intereses sectoriale­s o personales, no existe polémica.

“Lo que usted me pide es muy interesant­e. Lo que tenemos que hacer como sociedad es buscar cuáles son los temas en los que hay acuerdo y que benefician a todos; eso nos va a permitir conocernos mejor e irnos acercando en los puntos en los que hay diferencia­s. Dicen los franceses: la fraternida­d es uno de los mayores impulsores de la sociedad.

“Un momento como el presente de México, donde se alinearon los astros y hubo un consenso importante después de un golpeteo feroz, hay un área importante en donde todos nos podemos poner de acuerdo. Hay áreas donde no; pues, bueno: trabajemos fuerte donde sí y nos beneficiem­os todos, particular­mente a los menos favorecido­s, y esto nos va a permitir acomodar las cosas y disminuir enconos”, dice el fundador del ensamble universita­rio.

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