MUERE EL PROMOTOR RICARDO VIOLANTE
Ricardo Violante, actor y promotor cultural, falleció la noche del pasado primero de agosto a los 38 años de edad. Nos deja interminables enseñanzas, aventuras y un ejemplo de valentía y alegría por la vida, expresa su amiga y promotora cultural Lulú Rome
Lo que más disfrutaba era hacer felices a los demás: amigos
Una persona enloquecida por vivir, emprendedora y que aprovechaba cualquier espacio para fomentar la lectura, es una manera como sus amigos definen a Ricardo Violante.
El actor y promotor cultural falleció la noche del pasado primero de agosto a los 38 años de edad. Su afición por la actuación comenzó cuando tenía 15 años preparatoria e ingresó a grupos teatrales y cuatro años después incursionó en el mundo de la promotoría cultural.
Entre los primeros espacios donde fungió como organizador de actividades fue la Universidad Autónoma del Noreste (UANE), donde coordinó entre 2003 y 2011 su área cultural.
“Nos deja interminables enseñanzas, aventuras y un ejemplo de valentía y alegría por la vida. Era una persona feliz y lo que más disfrutaba era hacer felices a los demás con los detalles, verlo ya era ver el sol realmente”, expresa su amiga y promotora cultural Lulú Romero.
Cuenta que algo que lo caracterizaba era su capacidad para contar una historia en cualquier espacio.
“La mejor manera de honrarlo es seguir su ejemplo de fomentar el arte, la cultura y la risa. Volver a agrupar a los miembros de la familia a contarse historias, escuchar a los adultos mayores que están con nosotros”.
Una labor incansable por la infancia
Una de las cosas que caracterizó la labor de Ricardo Violante fue su cercanía con la infancia lagunera y su objetivo principal de hacerlos leer para conocer de mundos e historias que están al alcance de un libro.
“Era incansable, siempre estaba ideando cosas y la última vez que lo vi traía la novedad de insistir en el concepto de la cultura infantil, como si no la hubiera trabajado desde siempre”, expresa Raúl Esparza, cuentacuentos y coordinador de la ludoteca Iguamira.
Esparza recuerda muy bien cuando conoció a Ricardo hace más de una década. En aquel entonces llegó al desaparecido Cafecito del Fondo a pedirle un espacio para hacer sesiones de cuentacuentos una vez por semana.
“Me dijo que me había conocido en otras partes y aprendido algunas cosas, además que por eso decidió empezar a contar cuentos. Ahí em- pezó y me enteré después de que tenía un grupo de cazacuentos”.
Con el paso de los años, la amistad y el trabajo en equipo entre ambos creció. A principios de años colaboró en la segunda edición Festival de Cazacuentos que impulsó y donde apunta “fue una locura porque estaba en todos lados”.
“Era sorprendente su capacidad de organización, aglutinar esfuerzos y el propio esfuerzo suyo, entre los contactos que sacaba y hacía donde no había”.
Asegura que el estilo de Violante era de los más dinámicos que conoce y ahí recayó el éxito con los miles de pequeños a los que alguna vez les narró una historia.
“A Ricardo le gustaba el trabajo lúdico y de ahí le venía su entrenamiento en la escuela de clown. Podía saltar de una disciplina a otra fácilmente, jugar con las historias, hacer partícipe a la gente y era muy teatral”.
Alguien que no se detuvo en formar nuevos talentos
Para algunos como Elías García, integrante de la Tropa Cachivaches, Violante representó un maestro visionario y que nunca conoció un límite en compartir lo que sabía.
“Ricardo fue el primer maestro de clown que tuve, un camarada y una persona que tuvo mucha visión para señalar caminos que ya después otra gente íbamos a recorrer. Plantó muchas semillas y fue muy tenaz en hacerlo porque nunca se detuvo en el formar y buscar gente para compartir lo que le apasionaba”.
Considera que ahora lo que resta para recordarlo es aplicar lo que les enseñó al momento de contar cuentos, leyendas y mitos.
“Tenía un estilo de humor muy propio y lo que le gustaba más era trabajar con niños. Creo que a veces era una caricatura de sí mismo, un personaje caricaturesco que te va llevando en el juego”.
A raíz de la labor de Ricardo Violante como formador de nuevos talentos surgieron también grupos como Médicos de la Risa de La Laguna y Clown Guadalupan, ambos enfocados a llevar sonrisas a las personas enfermas en hospitales o niños de casas hogar.
Desarrolló también hace más de una década el concepto de fomento a la lectura denominado Cazacuentos y el cual funcionó como un programa de continuo que estuvo integrado por espectáculos, cursos, talleres y charlas.
Un promotor sin fronteras
Ricardo Violante fue un promotor cultural y actor que no conoció fronteras. Llevó sus actividades a todos los municipios de La Laguna y prácticamente no hubo un foro que no lo conociera.
Entre los espacios que fueron testigos de su talento narrativo y actoral está el Teatro Isauro Martínez, donde colaboró desde 2007 con diversas actividades y participó en el programa federal: ¿Quieres que te lo lea otra vez’, en el cual de la mano de actores como Vanessa Bauche, José María de Tavira, Vicente Herrera, Irma Lozano, Guillermo Zarur, Manuel Ojeda, Lilia Aragón y Diana Golden participó en sesiones mensuales de lectura a niños de diferentes sectores de la ciudad.
En La Laguna de Durango también contribuyó en diversas actividades en Gómez Palacio y Lerdo.
Roberto Ojeda Godoy, promotor cultural y actual encargo del área de Difusión en la Casa de la Cultura Ernestina Gamboa en Gómez Palacio, afirma que nadie como Ricardo Violante sabía entregarse por el desarrollo cultural de la región.
“La Laguna pierde un gran promotor y difícilmente podremos ver a alguien como él que sabía entregarse a la gente”.
Recuerda que le tocó conocerlo hace más de 10 años cuando laboraba en la Dirección de Cultura de Gómez Palacio y desde entonces era una persona preocupada por llevar su arte a lo más lejano del municipio.
“Lo conocí desde el 2007 cuando nos ayudaba con el teatrailer a llevar la cultura a los ejidos y después participó muy activamente en un programa de niños sobresalientes en la Casa de la Cultura. Recientemente nos trajó el Festival de Cazacuentos”.
Era incansable, siempre estaba ideando cosas, insistía en la cultura infantil”.
Ricardo fue el primer maestro que tuve, una persona con mucha visión”.