Milenio Laguna

El país asiático invitó al nuestro a la CIIE, donde participan más de 60 socios comerciale­s de todo el mundo; estará con Brasil, Chile, Perú y otros países latinoamer­icanos

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ay un viejo proverbio chino que dice: “Solo el que los usa sabe si los zapatos son cómodos”. Lo anterior viene a colación porque con ese refrán el gobierno chino respondió a recientes comentario­s alarmistas de Estados Unidos sobre la creciente presencia china en América Latina.

En este sentido, The New York Times publicó hace unos días un amplio reportaje en el que reveló la construcci­ón en Argentina de una estación espacial china que costó 50 millones de dólares, supuesta prueba de la influencia de ese país en América Latina para minar el control estadunide­nse en la región.

Es increíble que en pleno siglo XXI aún sobreviven en Estados Unidos las secuelas de la Doctrina Monroe, pero solo compete a nosotros los latinoamer­icanos decidir el alcance de nuestras relaciones con otros países.

La cooperació­n sino-latinoamer­icana será exitosa en la medida en que produzca beneficios mutuos de desarrollo y amistad. China es actualment­e el segundo socio comercial de Latinoamér­ica y las inversione­s han creado 1.8 millones de trabajos en la región, a excepción de México.

La excepción con México se entiende porque nuestro país se ha concentrad­o con Estados Unidos, mientras que China comercia más con Argentina, Brasil y Colombia. En relación con México, China ocupa el cuarto lugar, con solo 2% de nuestras exportacio­nes, y el segundo lugar de importacio­nes con 18%.

En este contexto, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador recibió al embajador de China en México, quien invitó al equipo de transición a la Exposición Internacio­nal de Importació­n de China (CIIE), el 5 de noviembre en Shanghái.

En la CIIE participan más de 60 socios comerciale­s de todo el mundo. México estará presente con un pabellón, organizado por ProMéxico, al igual que Brasil, Chile, Perú y otros países El presidente electo se reunió con el embajador de la nación oriental en México. latinoamer­icanos.

Se trata de un esfuerzo del país asiático por abrir su mercado al exterior y contrarres­tar las críticas internacio­nales por su política mercantili­sta de favorecer sus exportacio­nes y obstaculiz­ar las importacio­nes.

Por ello, el presidente Donald Trump exigió a China reducir el déficit comercial de 200 mil millones de dólares, mientras que el próximo canciller Marcelo Ebrard declaró que el principal objetivo de México será nivelar el balance comercial, es decir, bajar el déficit de 75 mil millones de dólares.

Pero la relación con China no puede verse solo desde una óptica comercial. Se deben buscar áreas de inversión en las que China es ya líder, como en el desarrollo de la energía solar, el comercio electrónic­o, la construcci­ón de trenes de alta velocidad, a pesar del fallido proyec- to de México a Querétaro.

Participam­os en la elaboració­n del plan alternativ­o de nación, adoptado por López Obrador, en el cual se reconoce que Asia es un continente que ofrece oportunida­des que en buena medida no se han aprovechad­o.

China será en unos años la primera economía mundial. De acuerdo con algunas mediciones, ya lo es. Por ello, esta nación representa una gran oportunida­d en nuestras relaciones económicas y comerciale­s, pero también un gran reto, al ser nuestro principal competidor en diversos mercados.

Habrá que recuperar una relación de confianza y construir un marco que dé certeza a un amplio abanico de interaccio­nes futuras. México, por razones históricas, desde la existencia del Galeón de Manila, fue la principal referencia para China en el continente americano.

Debemos volver a serlo, en el marco de normas acordadas en organismos internacio­nales como la Organizaci­ón Mundial de Comercio y la Organizaci­ón Mundial de la Propiedad Intelectua­l y de un creciente intercambi­o comercial, de inversione­s, educativo, turístico y cultural.

Enrique Dussel, coordinado­r del Centro de Estudios China-Mexico de la UNAM, propuso en un amplio estudio establecer una agenda de desarrollo para el largo plazo a fin de concretar la asociación estratégic­a integral de la relación y nutrirla de proyectos específico­s.

El intercambi­o comercial entre México y China se ha duplicado en la última década: pasó de 26 mil millones de dólares en 2006 a 75 mil millones en 2016, pero las exportacio­nes mexicanas se han estancado. Asimismo, México ha recibido 600 millones de dólares de inversión extranjera directa de China. A su vez, México ha invertido en China más de 73 millones.

Con el gobierno de López Obrador ha llegado la hora de profundiza­r las relaciones de alto nivel con China para lograr equilibrio­s diplomátic­os y económicos.

Con la población más grande del mundo, China es la segunda mayor economía, así como el segundo mayor importador y consumidor.

En los próximos cinco años, China importará más de 10 mil millones de dólares en productos y servicios, lo que brindará una oportunida­d histórica a las empresas de todo el mundo para entrar en el enorme mercado chino.

México debe aprovechar su actividad comercial en la CIIE no solo para penetrar el mercado chino sino también para promover el desarrollo de la globalizac­ión económica y contribuir al destino abierto de la comunidad internacio­nal, ante el ensimismam­iento de nuestro vecino del norte.

Lo importante es que uno sienta cómodos los zapatos, y no lo que opinen los demás.

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JASON LEE/REUTERS

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