Fernando Rangel de León
Desde que las niñas y los niños tienen que ir a la escuela, sus papás sufren un verdadero calvario para poderlos inscribir; pues les ponen toda clase de trabas para no inscribirlos, como el pretexto de que conforme al acta de nacimiento le falta 1 día para tener la edad requerida para su inscripción; etc.
Por ese rechazo a la admisión a la escuela –sobre todo a la primaria-, algunas niñas y algunos niños, frustraron sus sueños de estudiantes; desperdiciándose muchos talentos y privándose de profesionistas que hicieran el bien a ellos, a sus familias y a México; presentándose desafortunadamente este cuadro también en secundaria, preparatoria, tecnológicos y universidad.
Por falta de cupo en la universidad pública, se implantaron los exámenes de admisión; aunque en justicia debemos hacer una honrosa excepción con el Dr. Ignacio Chávez, Rector de la UNAM, que los implantó para alcanzar la excelencia académica en 1962, con muy buenos resultados.
A 56 años de haberse implantado, este examen de admisión acaba de pasarlo Carlos Antonio Santamaría Díaz, un niño de 12 años; para cursar la carrera de Física Biomédica en la Facultad de Ciencias en la UNAM; lo que lo convierte en el alumno más joven en la historia de la máxima casa de estudios del país; y en un ejemplo para todos.
Pero no se crea que el niño Carlos Antonio; llegó hasta donde está, casualmente; sino que es el resultado de su entorno familiar y escolar; en el que vio y aprendió principios, valores, hábitos de lectura, prácticas de internet y computadoras, y sobre todo una vida metódica y sistemática; que vio desde criatura en su hogar.
Pero en México y en el mundo hay otros niños Carlos Antonio Santamaría Díaz; esperando la oportunidad que la vida le dio a él; pero no esperando pasivamente –con los brazos cruzados-; sino buscándola afanosamente con la ayuda de la familia.
¡Enhorabuena!