Parando antenas
Durante una visita reciente de técnicos de Conafor a la Sierra de Jimulco encontraron a trabajadores de una empresa local de radiocomunicaciones instalando una antena de manera totalmente ilegal. La coincidencia que dio lugar a descubrir la ilegalidad fue enorme. El sitio, la cumbre de una de las montañas más altas de Coahuila, no es muy visitado.
Para hacer lo que estaban haciendo se requería una autorización del ejido, es decir, los dueños de la tierra, pero también, por tratarse de una zona núcleo de un área protegida, haría falta un análisis del consejo técnico asesor de la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco y de la intervención de la administración de la reserva. Por supuesto no contaban con ninguno de estos requisitos.
Antes que hubiera reserva había ya antenas en ese lugar. Antenas que crearon derechos que no es posible anular retroactivamente. Pero al ser Jimulco ahora un área protegida y, al ser sus cumbres una zona núcleo, hay un impedimento legal para ampliar esas instalaciones. Aunque no existiera la reserva siempre hará falta la anuencia del ejido.
La empresa afirma tener el permiso del ejido. Alegan haber hecho pagos para lograr ese permiso. Obviamente algunos vivales estén obteniendo beneficios mediante engaños. Las autoridades ejidales ya tomaron cartas en el asunto y están por poner la denuncia. La Fundación Jimulco los acompañará en este proceso. Hay indicios claros sobre la identidad de los responsables.
Una antena más pudiera no parecer mayor cosa. Sin embargo, una ilegalidad en una zona núcleo de un área protegida lo es y debe detenerse con toda la fuerza de la ley. De otra forma se abre la puerta para la erosión de un espacio privilegiado que debemos proteger todos los habitantes de esta comarca.
Una gran felicitación -atrasada- para la Universidad Autónoma de Coahuila y su rector, Salvador Hernández Vélez. Su defensa de una Cuatrociénegas agonizante debe ser causa de todo y toda coahuilense bien nacido. Por lo pronto la Universidad ha iniciado esta campaña en un ejercicio congruente de responsabilidad social y de amor por nuestro estado.