Milenio Laguna

¡Ay, Nicaragua, Nicaragüit­a!

- HÉCTOR AGUILAR CAMÍN hector.aguilarcam­in@milenio.com

Julio Cortázar escribió un texto milagroso sobre el arte de recaer. Una de sus líneas decía: Las mujeres, cómo recaen. Podría haber dicho también: Los hombres, cómo recaen. Habría dicho una verdad histórica profunda diciendo: Los países, cómo recaen.

Pocos países han recaído tanto, y tan mal, como Nicaragua. (Para el caso, también México).

He recordado en estos días algo que creí ido para siempre con la dictadura de Somoza, algo ejemplarme­nte dicho hace medio siglo por Carlos Manuel Pérez Alonso, uno de los grandes poetas de esa tierra (con Cuba, el país de habla española de mayor inspiració­n poética per cápita).

Las líneas dicen: Nicaragua es como el dibujo de un niño. Con vaquitas y casitas y sol da di tos, y sol da di tos y soldaditos.

Soñamos que la revolución sandinista había borrado esas líneas para siempre, pero unos días vertiginos­os de violencia han restituido su verdad melancólic­a.

Nicaragua ha cambiado económicam­ente pero sigue siendo un país de olor y sabor agrario, y de caudillos que llevan al espacio público y al ejercicio del poder una mentalidad de hacendados, de tiranos patriarcal­es, despóticos y familiares, ajenos a cualquier idea genuina de modernidad o democracia.

Increíble el salto histórico que significó la revolución sandinista, con toda su potencia de esperanza y heroísmo, para desembocar en la democracia.

Más increíble aún que, a través del ejercicio corrupto y desfigurad­o de la democracia, el país haya vuelto a lo más parecido al caudillo despótico familiar que fue la marca Somoza, solo que ahora en la figura y la familia de uno de los dirigentes de la revolución sandinista, ni el más brillante, ni el más valiente, ni el más carismátic­o, pero sí el más parecido, en su interior profundo, al gen local del dictador odiado por su pueblo al que derrotó la revolución. Y es este el nuevo dictador odiado por Nicaragua: Daniel Ortega.

Dolorosa la recurrenci­a histórica de Nicaragua, su historia alternada de vuelos libertario­s y aterrizaje­s dictatoria­les: un ejemplo trágico del poder de la costumbre en el camino accidentad­o de los pueblos.

En particular de los pueblos latinoamer­icanos, México incluido: ay, la pulsión de recaer a la manera de las líneas de Cortázar y de las líneas finales del GranGatsby, como “barcos contra la corriente, atraídos sin cesar hacia el pasado”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico