La Revolución Mexicana estaba por terminar
Álvaro Obregón dirigía un texto a todos los pueblos que de alguna manera se levantaron en armas, en el que indicaba que había terminado el movimiento armado
El encabezado del diario La Opinión del viernes 14 de mayo de 1920, hacía referencia a una pregunta expresa: ¿Ha terminado ya la Revolución?, seguido de la información sobre el mensaje que daba Álvaro Obregón Salido y quien estaba tomando las riendas del poder nacional, envió mensajes a todos los jefes de operaciones de estado.
El texto de Obregón, dirigido a todos los pueblos que de alguna manera se levantaron en armas, tiene relevancia al indicar que había terminado ya el movimiento armado del que decía:
“Se tuvo que emprender para librar al país de la más deshonrosa de las imposiciones por el derrocamiento del director intelectual y material de semejante atentado de ley, por lo que es urgente que se regresen a sus labores los ciudadanos que de una manera espontánea ofrecieron su contingente personal en la lucha.
“Por tanto, se comunica a todos los jefes militares esta circular, para que se notifique a todas las fuerzas de su mando, siendo extendido luego a cada ciudadano”, expresaba el texto firmado por Álvaro Obregón.
Asimismo, se informaba que el general Cesáreo Castro, jefe de operaciones del ejército Liberal Constitucionalista, viajaba a la capital del país para entablar una reunión con el general Obregón, en donde entablarían las relaciones luego de declarar que las revueltas habían terminado.
Mientras tanto en Monterrey, por órdenes del mismo Obregón, la importante plaza de Monterrey estaba ya en el poder del Ejército Constitucionalista al mando del general Porfirio González, quien se apoderó de la capital neoleonesa y nombrado además gobernador interino del estado.
En la ciudad de Saltillo, Coahuila, ocurría algo similar, ya que el general Manuel Diéguez había caído prisionero junto con todo su estado mayor, siendo así, la ciudad estaba nuevamente en el poder de las fuerzas revolucionarias y el nuevo gobernador interino de Coahuila sería el coronel Porfirio Cadena.
Al otro lado de México, en la ciudad de Mérida, Yucatán, continuaban los incendios provocados por algunos obreros, los cuales buscaban acabar con los campos sembrados principalmente de henequén, propiedad de los patrones con los que no estaban teniendo buena relación y se hablaba que eran más de 20 los predios afectados.