Kirchner niega corrupción y denuncia “un complot”
La ex presidenta argentina da su testimonio escrito ante la justicia
La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner negó haber recibido sobornos de empresarios, denunció una “persecución judicial” y pidió que su sucesor en el poder, Mauricio Macri, sea citado a declarar en un escándalo que cobra cada día mayores dimensiones.
Fernández de Kirchner pidió también la nulidad del caso y que el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, al frente de la investigación, sean recusados, dijeron fuentes judiciales.
La ex presidenta (2007-15) de 65 años y actual senadora del movimiento opositor peronista Unidad Ciudadana presentó un escrito en los tribunales federales de Buenos Aires, a los que acudió a declarar por los “cuadernos de la corrupción”, que revelaron una supuesta trama de pago de sobornos de empresarios a funcionarios kirchneristas entre 2005 y 2015.
En su presentación, Kirchner consideró a Bonadio “un juez enemigo” que, al igual que el fiscal, fue “elegido a dedo” para “armar una nueva causa” en su contra y “sacarla a la luz cuando las circunstancias resultaran apropiadas”.
Sobre la sospecha de que habría integrado una asociación ilícita con su esposo, el fallecido ex presidente Néstor Kirchner (2003-7), dijo que podría acudir a organismos internacionales.
Ocho ex funcionarios kirchneristas y siete empresarios fueron arrestados desde que el 1 de agosto el diario LaNación reveló presuntos pagos ilegales al poder bajo el kirchnerismo.
En tanto, por órdenes del juez Bonadio, la policía registró ayer apartamentos situados en el mismo edificio donde habita Kirchner, en el exclusivo barrio capitalino de Recoleta. “Esto es un amedrentamiento, un circo mediático”, dijo a la prensa el abogado de Kircner, Gregorio Dalbón.
Sin embargo, la vivienda de Kichner no puede ser revisada por agentes policiales o judiciales sin que lo autorice la Cámara de Senadores, por su inmunidad parlamentaria. El Senado debatirá este miércoles si avala un pedido del juez Bonadio en ese sentido.
Las acusaciones surgieron de ocho cuadernos en los que Oscar Centeno, chofer de Roberto Baratta, quien fuera “número dos” del desaparecido Ministerio de Planificación, llevaba el detalle de la entrega de dinero a los gobiernos de Kirchner y Fernández.
Centeno, un ex policía, anotó durante una década y día con día de 2005 a 2015, todas las operaciones de trasiego de dinero entre altos empresarios y los lugares que ocupaban los Kirchner, incluida la residencia oficial de Olivos.