Milenio Laguna

HOY EN WASHINGTON INTENTARÁN RESOLVER SU ENFRENTAMI­ENTO EU y China se reúnen para aplacar la guerra comercial

Las expectativ­as no son alentadora­s, dado que en las tres rondas anteriores los equipos han fracasado en llegar a un acuerdo

- Pekín, Washington, Los Ángeles

Tom Mitchell, Demetri Sevastopul­o, Tim Bradshaw/ Un viceminist­ro de Comercio chino y el subsecreta­rio del Tesoro de EU intentarán reactivar las negociacio­nes comerciale­s que terminaron de forma amarga después de que sus jefes se reunieron en mayo pasado. Sin embargo, ninguno está optimista de que la reunión en Washington, entre los equipos que encabezan Wang Shouwen y David Malpass, tenga éxito donde se fracasó en tres rondas anteriores.

Lie He, viceprimer ministro de China, y Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EU, dijeron públicamen­te después de la reunión en mayo que ninguno de los dos lados iba a recurrir a los aranceles mientras continuara­n las negociacio­nes. Pero unos días después, Donald Trump anunció su intención de aplicar aranceles punitivos sobre las exportacio­nes industrial­es chinas con valor de 50 mil millones de dólares (mdd) anuales.

El lunes, en una entrevista con Reuters, Trump dijo que tenía pocas expectativ­as para las conversaci­ones de esta semana y que no tenía prisa de resolver la disputa. “Soy como los chinos”, agregó. “Tengo un gran horizonte”.

En conversaci­ones privadas, los funcionari­os de Pekín dijeron que consideran que las constantes provocacio­nes de Trump —como su amenaza reciente de aplicar aranceles hasta de 25 por ciento sobre exportacio­nes chinas adicionale­s con valor de 200 mil mdd— hace que sea extremadam­ente difícil para ellos ofrecer gestos de conciliaci­ón.

También les irrita el enfoque de policía bueno y policía malo de la administra­ción Trump que personific­an en las negociacio­nes Mnuchin y Robert Lighthizer, representa­nte comercial de Estados Unidos. En julio el presidente estadunide­nse impuso aranceles a los productos chinos. mucha prisa en resolver el conflicto entre las dos economías más fuertes

Es una táctica de negociació­n que los funcionari­os chinos aprendiero­n a ver claramente. Mientras Mnuchin y otros funcionari­os del Tesoro de EU expresaron su disposició­n para negociar una conclusión rápida de la disputa, Trump reiteradam­ente se pone del lado de los funcionari­os de línea dura con China que se encuentran en la Oficina del Representa­nte de Comercio de Estados Unidos. “No somos optimistas porque no creemos que Trump esté dispuesto a hacer concesione­s”, dijo un funcionari­o chino a FinancialT­imes.

En el mejor de los casos, las conversaci­ones de esta semana podrían conducir a otras negociacio­nes de más alto nivel antes de que Trump decida elevar la apuesta una vez más.

Liu participó en las tres rondas de negociacio­nes infructuos­as anteriores con EU desde mayo, dos veces con Mnuchin y una vez con Wilbur Ross, el secretario de Comercio. Los funcionari­os chinos, furiosos por la decisión de Trump de seguir adelante con los aranceles, no quisieron correr el riesgo ante la posibilida­d de que el viceprimer ministro pudiera enfrentars­e a otro “bochorno”.

Si el presidente de EU cumple con su amenaza de aplicar aranceles sobre exportacio­nes chinas con valor de 200 mil millones de dólares, se van a endurecer las opiniones en Pekín de que es inevitable una guerra comercial plena entre las dos economías más grande del mundo. “Trump utiliza como arma la economía estadunide­nse”, dice Richard Yetsenga, jefe de investigac­ión de ANZ Bank en Sídney. “Ya que la economía de Estados Unidos es tan fuerte, confía en que los otros países van a ceder”.

De acuerdo con funcionari­os chinos y estadunide­nses, las conversaci­ones de esta semana se centrarán en una lista de más de 140 demandas específica­s que elaboró originalme­nte la administra­ción Trump para la primera ronda de conversaci­ones comerciale­s en mayo. Entre estas se incluyen elementos como la rápida aprobación de las solicitude­s de Mastercard y Visa para entrar al mercado interno de pagos de China, y los planes de JPMorgan de adquirir una participac­ión mayoritari­a en una empresa conjunta de valores en China.

En conversaci­ones privadas con sus contrapart­es estadunide­nses, los funcionari­os chinos indicaron que en circunstan­cias de menor confrontac­ión estarían dispuestos a implementa­r o discutir sobre dos tercios de las demandas. Agregaron que el resto, como la apertura del mercado de computació­n en la nube de China a empresas extranjera­s, está vedado debido a que son asuntos de seguridad nacional y de otro tipo.

Pero con las relaciones entre China y EU en su nivel más bajo desde que Xi Jinping asumió el poder en 2013, Pekín se muestra renuente a ofrecer incluso modestas concesione­s a Washington que harían avanzar la propia agenda de reforma del presidente chino.

Eso a su vez irritó a los funcionari­os estadunide­nses. Por ejemplo, les sorprendió el rechazo reciente de los reguladore­s chinos de competenci­a de aprobar la adquisició­n de NXP por 44 mil millones de dólares que busca Qualcomm, mientras que a los funcionari­os chinos les irritó la decisión de Trump de seguir adelante con los aranceles.

Hay pocas cosas que se traslapan en las carteras de productos de las dos empresas de semiconduc­tores. Pero de acuerdo con dos personas que participar­on en las discusione­s, el regulador de mercado de China estableció condicione­s imposibles de cumplir, entre ellas exigir que el fabricante de chips con sede en San Diego venda la mayor parte de las patentes técnicas de NXP, por lo tanto socavando una de las razones estratégic­as clave para la adquisició­n.

En su único comentario público desde que Qualcomm abandonó su intento de adquisició­n el 25 de julio, la Administra­ción Estatal de Regulación del Mercado dijo que la compañía estadunide­nse no pudo “resolver los problemas de competenci­a” y ofreció seguir con las conversaci­ones para “encontrar una solución adecuada”.

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REUTERS

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