o, que tengo mucho mundo, sobre todo bajo, me sorprendo de muchas cosas. Por ejemplo, de la reinterpretación de un clásico de la panadería nacional, la legendaria concha, tan popular en un país de conchudos, para convertirla en la manteconcha, ejemplo de la unión de dos formas de pensamiento culinario, que es en realidad un dignísimo híbrido que une a la tradición con el folclor y la aviesa travesura, cuyo más alto representante son las guajolotas. Ingredientes que se suponen contradictorios entre sí, que se maridan con cierta dicha como el PRIAN o la unión PAN-PRD-Movimiento Ciudadano que tan buenos resultados tuvieron en los pasados procesos electorales.
Fenómeno que explicó muy bien el papa Pancho al hablarle a la comunidad internacional sobre por qué hay tanto cura pederasta atormentando niños en el seno de la Iglesia Apostólica y Romana: es que Satanás se disfraza de ángel.
En eso está la imagen de una de esas megaexcavadoras con las que se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, absolutamente hundida en el fango. Cosas que te llevan a atar cabos y a imaginar, idílicamente, un jumbo, o varios, navegando cual vergantines de Hernán Cortés por el Vaso de Texcoco. Nada más por eso, por la iconografía poética que se habrá de desatar por aquellos lares, vale la pena apoyar su levantamiento.
Pero no a través de una consulta popular que, como dicen a gritos nuestros más finos opinócratas, porque en un país democrático cómo es posible que se proponga un ejercicio democrático que menosprecia las decisiones autoritarias.
Cosa por supuesto más digna que la que se puede apreciar en el viejo aeropuerto al que por quién sabe qué buenas razones lo dejaron morir peor que a la reforma educativa. El bisnes estaba en otra parte.
Y es que a veces la obviedad no puede ser más obvia. Ahí tenemos a los grandes contramaestres de la Coparmex proponien- do que se cobren cuotas a las universidades públicas para que no sean una carga en las finanzas. Sí, claro, una privatizadita no les va a caer nada mal. Una idea que debió salir del monero Paco Calderón, que piensa como Jelipillo Calderón, de Reforma, que sugirió a través del Twitter que en la consulta para el NAIM solo puedan participar los que tengan pasaporte porque son los que pueden pagarse un viaje y que además presumiblemente pagan impuestos. Chingón. Ni los nacos ni los jodidos deberían tener derecho a una manteconcha que, tristemente, por la cantidad de calorías que porta, tiene que pagar un impuesto extra. No hay nada perfecto en la vida.