“Todos somos Elba Esther”
E l regreso de Elba Esther ha cimbrado la política nacional para recordarnos una cosa: todos somos Elba Esther.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que bajo su liderazgo de 1989 a 2013, como secretaria general del SNTE, México haya ocupado en el Reporte PISA el último lugar en matemáticas, comprensión lectora y ciencias, entre los países de la OCDE.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que la educación -entre otros factoreshaya dejado de ser catapulta de movilidad social para las clases medias.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que la educación ahondará la marginación y pobreza de las clases campesinas e indígenas.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que la educación no haya sido un motor de transformación del país.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que fortaleciera un sindicato de millón 619 mil 900 docentes, el más numeroso de América Latina, sin rendir cuentas de ningún tipo. Ni de sus manejos administrativos (solo en cuotas sindicales acumula 3 mil millones de pesos), de la capacidad pedagógica de sus maestros, de la venta o traspaso de plazas, o del número y ubicación de las escuelas en el país, por ejemplo.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que los integrantes del SNTE se hayan asumido como “normalistas y sindicalistas y no como profesionales de la educación”.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que a través del SNTE haya reproducido el poder político del PRI y del PAN, por igual. Y, en fechas recientes, haya favorecido el arribo de AMLO al poder.
Todos somos Elba Esther porque permitimos que el Estado mexicano haya “claudicado en sus funciones frente a un poder particular, corporativo, (el del SNTE) y que éste haya acabado sustituyendo al Estado soberano en sus funciones. Porque el SNTE es incapaz de actuar de acuerdo con una política general de beneficio a la sociedad. Sus intereses son privados y contrarios a los intereses del Estado y de la sociedad”.
Es imposible eludir nuestra responsabilidad como sociedad. Por apatía o tibieza: todos somos Elba Esther.