Los retos religiosos de la Reserva de Jimulco
Luis Carlos Valdés de León /
La vida sacerdotal de Guillermo Zamora Barrientos, párroco de la Parroquia María Madre de la Iglesia, en el Cañón de Jimulco, le ha implicado múltiples retos en su relación con su feligresía. Con doce años de ordenación sacerdotal, vivió solo en un año cuatro meses, atender a los feligreses de 18 ejidos del estado de Coahuila, siete de Viesca y once a Torreón; las distancias, la tecnología, le marcaron retos importantes que superar en su trabajo por la evangelización de los pobladores de la zona. Ahora tendrá un nuevo reto: Fue nombrado uno de los vicarios de la Catedral del Carmen en Torreón.
“Hemos tenidos varios retos, uno de los principales es la comunicación, lo que se refiere a telefonía celular, no hay señal y la comunicación es fallida; a donde tengo que cargar gasolina se hacen 40 minutos, por lo que resulta muy oneroso”.
La misa que tiene que oficiar Zamora Barrientos se da una vez a la semana, aunque en otras comunidades son dos veces por mes por las distancias que tiene que recorrer ya que tiene que manejar de dos horas a dos horas y media para llegar a esas comunidades. La distancia es un reto.
¿La distancia puede ser un factor que limite la evangelización? “Claro que sí. Porque no se pueden hacer más cosas porque los horarios en Guillermo Zamora, sacerdote de la Parroquia María Madre de la Iglesia. los que trabajan, no se adaptan para las reuniones de formación, por lo que sólo reciben los sacramentos como el bautizarse, las primeras comuniones y confirmaciones así como los matrimonios.
Cuestionado sobre las principales necesidades que ha identificado en las comunidades que le requieren atención, son las relacionadas a la educación, el tema pastoral, formación de valores, responsabilidad, que puedan hacer las cosas por sí mismos, que ellos mismos vayan creciendo en la fe y en los valores.
Señaló que debido al poco contacto que puede lograr con los feligreses por las distancias, Zamora Barrientos aseguró que ha sido necesario un rediseño en el mensaje y la forma en que se transmiten los contenidos de la evangelización, con el fi n de que queden arraigados las ideas primordiales para incentivar su fe: “Es necesario que sea un mensaje claro conforme al evangelio, que sea entendible y que puedan poner en práctica el evangelio con ejemplos sencillos”.
Zamora Barrientos, quien recientemente se le notificó su traslado como vicario a la Catedral del Carmen, antes que ser sacerdote, cursó dos años de la carrera de Medicina; aunque desde muy joven sintió el llamado de la vocación sacerdotal, su familia en principio no se hacía a la idea de que fuera sacerdote, pero a los 25 años ingresó al Seminario de Torreón, vocación inculcada con sacerdotes de la parroquia de San Juan de los Lagos en esta ciudad; además la inquietud que le provocó la falta de valores en la juventud, le hizo elegir esta vocación y ponerse al servicio de Dios y del prójimo.