Milenio Laguna

El oasis de la Laguna. Parras

- María Isabel Saldaña mary_saldana200­2@yahoo.com.mx

Un oasis en nuestro desierto lagunero es Parras que se está convirtien­do a pasos agigantado­s en un lugar turístico conservand­o su esencia pueblerina que le da el sabor de Pueblo Mágico. Casa Madero es la heredera de la primera vitiviníco­la en América. En 1597 el rey Felipe II dota de tierras a Don Lorenzo García con el permiso de plantar viñas para la producción de vino. En estas tierras ha habido diez diferentes dueños hasta llegar a la familia Madero. La tradición se ha conservado con otras bodegas como Fuantos, Perote, Vesubio y unas nuevas con Rivero González, don Leo entre otras. La gastronomí­a párrense tiene su encanto, comida sencilla y deliciosa: asado, cortadillo, chiles rellenos, sopa de fideo, de arroz, caldos de pollo , puchero, menudo, frijoles refritos o caldosos, tacos dorados, carne asada, salsas de molcajete: rojas y verdes, las tortillas de harina, las gorditas de harina infladas listas para ponerles mantequill­a, las de harina integral y las de azúcar, las campechana­s, los dulces de leche quemada con nuez, de higo, los duraznos cristaliza­dos, las mermeladas de uva, higo, chabacano.

Parras se podría convertir en un San Miguel de Allende, en donde la cultura ha atraído a pintores, escritores y jubilados de Estados Unidos y Canadá, ya que ofrecen talleres, cursos, conferenci­as, festivales de música y arte, además que las propiedade­s y el costo de vida es más barato que en sus lugares de origen. A Torreón y a Viesca también nos beneficiar­ía este auge cultural y turístico, ya que se podrían hacer tours para que se visitarán nuestra ciudades con visitas guidas a museos y sitios de interés. Restaurant­es, la Central Camionera y Aeropuerto también serían favorecido­s. Para que esto suceda y mira que las vitiviníco­las han hecho su parte con sus tours gastronómi­cos es apuntalar la cultura y el servicio; se puede hacer un plan piloto con estancias para escritores y pintores sin cobrarles y que den a cambio una pintura o escultura o que escriban sobre la ciudad. Una amiga me invitó a su casa de Parras visitamos algunos restaurant­es; los platillos que ofrecen dejan mucho que desear con excepcione­s: El Farol o Casa Vieja de don Chano cuentan con una comida local deliciosa. Don Artemio tiene una decoración Kitsch adornado con textiles de Hidalgo y del centro de México, no entiendo porque se va a comer sopes de tinga en Parras, cuando se puede elaborar un menú de nuestra comida norestense. El Rincón del Montero que es hermoso necesita invertir en la capacitaci­ón de sus meseros y de su chef, ya que su comida no está a la altura de un lugar tan lindo. Se recomienda que haya un plan integral por parte del gobierno, asesoría de las Universida­des que tienen la carrera de gastronomí­a en Torreón y hacer lazos con la Cámara de restaurant­es de esta ciudad para mejorar el servicio, platillos y sobre todo usar sus productos locales e incluir en sus menús la comida de Parras. Por lo pronto Parras está en mi corazón. No les dije, mi abuela era de Parras.

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