“¡Al Agua Patos!”
F lotamos el Maestro Popochas y yo sobre un río caudaloso en el Poniente de Torreón.
Enfundado en su “chor jaguayano”, su camiseta del Santos y sus goggles, el Ilustre va montado en un salvavidas con forma de unicornio blanco. Yo porto sólo un “chor de tucanes” y mis goggles. Y voy ensillado en un delfín como salvavidas.
Mientras navegamos esas aguas cafés, miramos con indignación y tristeza los daños causados a las propiedades de los torreonenses más humildes, cuyos rostros de impotencia y resignación quiebran el alma. Los vemos, mientras sacan el agua de sus casas a cubetazos; entre techos caídos, paredes humedecidas y sofás, sillas, mesas, radios, televisiones, portabebés, recuerdos y fotografías familiares flotando a la deriva.
Popochas: Cuando llueve Torreón es asfixiado por una paradoja: Sus mantos acuíferos están sobreexplotados pero prefiere sufrir inundaciones periódicas sin captar el agua de lluvia para usos exteriores ( jardín, patio y lavado de coches); de casa (lavadora y excusado) o colectivos (riego de áreas verdes o lavado de calles).
Yo: ¿Y la falta de drenaje pluvial heredada por administraciones priistas y panistas?
Popochas: También es fundamental, pero es más urgente todavía, que los torreonenses cambien su mentalidad de alto consumo de agua por una más racional y sustentable.
Yo: Pero, ¿cual sería la responsabilidad de las autoridades?
Popochas: Impulsar con organizaciones ambientalistas una cultura del agua y la recuperación del agua de lluvia como una práctica colectiva; además, por ejemplo, podrían calcular y diseñar canales de concreto que intercepten la mayor cantidad de agua y la transporten de manera controlada hasta un cuerpo de agua mayor para su uso colectivo; exigir que la construcción de vivienda y/o edificios contemple la recuperación del agua pluvial y construir cisternas rurales, para aumentar la cantidad de agua en las zonas semiáridas de la región. Pero, nada de eso es políticamente rentable.
Mientras el Vidente habla, veo sus goggles acuosos por sus lágrimas. Al igual, que los míos también.