Cuidado con la pradera
E n el 68 el movimiento estudiantil que conmocionó al país surgió de un incidente menor en La Ciudadela entre alumnos de dos escuelas y una desproporcionada intervención de la policía capitalina. Son conflictos que se sabe cuándo inician pero no se sabe cuándo y cómo terminan. De aquél movimiento no se conmemora la fecha en la que estalló sino el 2 de octubre de 1968 día de la masacre de Tlatelolco.
El miércoles pasado miles de estudiantes de la mayoría de las escuelas y facultades de la UNAM hicieron una marcha para exigir la erradicación de grupos de golpeadores de la máxima casa de estudios para que se aclare la supuesta participación de las autoridades en el patrocinio de estos grupos. La causa fue la agresión que sufrieron en la explanada de Rectoría el pasado lunes 3 de septiembre un grupo de alumnos del CCH de Azcapotzalco por supuestos “porros” mientras se manifestaban pacíficamente en demanda de mejoras académicas en su plantel, el cese de violencia y otras demandas.
El saldo de la embestida de los encapuchados contra los estudiantes fue de dos jóvenes con lesiones graves y la nula intervención de los cuerpos de seguridad de la Universidad. Existe la exigencia de que renuncie el rector Enrique Graue y entraron en paro indefinido varias escuelas y facultades de la UNAM.
Pablo Hiriart advierte que ya están detectadas tres provocaciones orquestadas: “Manos obscuras quieren que el país se complique antes del cambio de poderes y se cumpla la sentencia de que a AMLO le espera una nación en crisis política”.
Por su parte Raymundo Riva Palacio percibe que “El nuevo gobierno está en riesgo de iniciar con un conflicto que, por los síntomas que muestra el movimiento, podría ser más complejo y difícil de resolver que el último que vivió la UNAM hace 18 años cuando estuvo en huelga más de nueve meses”.
Ni coincidencias ni casualidades. Estamos frente a actos premeditados que buscan la desestabilización del país. Con eficacia debe preservarse el orden, sin vacíos de autoridad y sin soslayar los mandatos de la ley.