El mercado Ignacio Zaragoza
Sufrió daños durante el sismo del 7 de septiembre del año pasado, pero eso no frenó la actividad económica, la cual se reaviva con la reapertura del centro y con sus más de 2 mil locatarios
En una colorida plazuela ubicada en Ixtepec, Oaxaca, se congregan habitantes de las comunidades del Istmo de Tehuantepec y Salina Cruz. En el centro florece una algarabía que celebra la nueva edificación del mercado Ignacio Zaragoza, el más importante para la economía de la zona y que quedó en escombros la noche del 7 de septiembre de 2017, a causa de uno de los mayores terremotos que han afectado la localidad.
Aquella noche, 2 mil locatarios vieron cómo colapsó la edificación que les había dado sustento en los últimos 45 años y, después de exactamente un año —en medio de música de banda, tortillas hechas a mano y coloridas blusas tejidas— esos cientos de comerciantes oaxaqueños vislumbraron la nueva edificación donde podrán ofertar sus productos, que van desde ropa, frutas, verduras y carne. El monto total para poner de pie este motor económico fue de 35 millones de pesos.
“Aquí vendemos casi de todo, menos mariscos. Las ruinas del mercado no nos detuvieron para seguir vendiendo”, resalta el locatario Roberto Sosa.
Muestra de eso son las marcas en el piso de lo que fueran puestos ambulantes, los cuales rodeaban el nuevo mercado.
Para la reconstrucción se necesitaron 131 mil 520 horas-hombre, pues demolieron 5 mil 291 metros cúbicos y construyeron 3 mil 150 metros cuadrados de este centro de abasto en el Istmo.
“Se necesitaron además 23.6 toneladas de acero de refuerzo, así como 200 toneladas para la estructura metálica y 8 mil 414 metros cuadrados de pintura vinílica”, explica Henry Davis, presidente de Fundación GIA, una de la principales auspiciadoras de la nueva construcción.
La fundación que preside Davis fue creada en noviembre del año pasado, mes que coincide con el inicio en los trabajos de reconstrucción del complejo.
“Ir a un mercado no es solo una cuestión comercial, engloba diversos aspectos que van desde el social hasta turístico, donde implica inmiscuirse en el folclor de la localidad”, acentuó.
Las palabras de Davis retumban en las paredes blancas de la nueva infraestructura, mientras que algunas istmeñas se abanican con elegancia La reconstrucción tuvo un costo de 35 millones de pesos. Así lucía el inmueble antes del temblor. y directivos de importantes organismos comparten su idea. Entre ellos, Carlos Alberto Treviño, director de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien ha encontrado en la zona un gran potencial de producción energética y Juan Pablo Castañón, líder del Consejo Coordinador Empresarial. Del monto total de reconstrucción, la fundación aportó la mitad del monto, el Fideicomiso Fuerza México, presidido por Castañón, lo hizo con 10 millones de pesos y lo restante fue aportación de diversos entes como: Fundación Holcim México, Kiew it, Cemex, Aceromex, Grupo Collado, Unicorp, Helvex, Ruhrpumpen, Vitromex, Ingeniería y Constructores Gabe, e Instalaciones Electromecánicas e Hidrosanitarias Núñez.