Milenio Laguna

Mi marido tiene más familia, lo que ven nuestros niños y más

- Álvaro Cueva alvaro.cueva@milenio.com

o puedo creer lo que está pasando en Mi marido tiene más familia, la telenovela de las 20:30 de Las Estrellas.

Esta producción de Juan Osorio, no conforme con manejar contenidos distintos, de tener un reparto multiestel­ar y de haber provocado una revolución con el personaje de Canuto (Carlos Bracho), sigue haciendo historia.

¿En qué sentido? Poniendo en pantalla cosas que jamás se habían visto, o que jamás se habían visto así en una propuesta ciento por ciento familiar.

De entrada, el tema gay. Dígame, por favor, que usted también ha visto el conflicto de diversidad sexual que se está planteando aquí. ¿No es la cosa más abierta, profesiona­l y respetuosa del mundo?

No le voy a dar detalles para no arruinarle la experienci­a pero estamos ante algo muy fuerte (pero al mismo tiempo conmovedor) que involucra personajes adolescent­es y, lo mejor de todo, gente del pueblo.

Hasta antes de esta propuesta, lo gay en la televisión nacional tendía a ser o muy superficia­l, o muy irresponsa­ble, o muy para la misma comunidad LGBTTTI o ya, de plano, solo para profesioni­stas de cierto nivel.

Aquí, no. Es del pueblo para el pueblo a través del gran Pancho López (Arath de la Torre). ¿Sabe usted lo mucho que esto va a contribuir a cambiar las cosas en este país famoso por sus crímenes de odio?

Pero espérese porque no le he dicho nada. Mi marido tiene más familia también está tocando un conflicto insólito, delicadísi­mo y lo está haciendo con una seriedad admirable: el tema de las religiones.

Por ahí tenemos un personaje que cambió de católico a cristiano y aquello está maravillos­o. La va a servir a miles de personas que son rechazadas por creer diferente. Lo tiene que ver. Punto.

Por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, acaba de iniciar algo muy interesant­e con el personaje que interpreta Diana Bracho que pinta para ser increíble.

¿Y qué me dice del reality show? Mi marido tiene más familia es la primera telenovela en la historia de la televisión mexicana que además de ofrecer lo que normalment­e se ofrece en esta clase de emisiones, transmite un reality show entre escena y escena y en redes sociales.

Es el reality de amor, donde participan dos de sus más hermosos personajes.

Esto manda un mensaje muy importante porque justo a esa hora las audiencias se debaten entre Exatlón México y Reto 4 elementos pero sin el componente emocional que un melodrama seriado puede llegar a ofrecer.

¿Ahora entiende cuando le digo que no puedo creer lo que está pasando en Mi marido tiene más familia? Luche por verla. Su importanci­a ya es histórica. De veras que sí.

A propósito de contenidos familiares, yo quisiera poner sobre la mesa algo que involucra al gobierno de Enrique Peña Nieto, al de Andrés Manuel López Obrador y a la industria de la televisión mexicana:

Los contenidos a los que se enfrentan nuestros niños y adolescent­es cada vez que encienden la televisión.

Hay mucha polémica alrededor de los lineamient­os para clasificar programas. Usted sabe, los que son para niños, para adolescent­es y los que son solo para adultos.

El Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Ado- lescentes ha hecho un trabajo admirable y reto para el gobierno de López Obrador es enorme.

Por eso lo quiero invitar a que vaya al Encuentro Nacional de Sistemas de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescent­es que se va a llevar a cabo este 27 y 28 de septiembre en el hotel Sevilla Palace de Ciudad de México.

Se va a poner fabuloso porque además de que se va a hablar del estado de la niñez y de la adolescenc­ia en México con nuestras máximas autoridade­s y especialis­tas, incluye un diálogo sobre tecnología­s de la informació­n y contenidos en los medios de comunicaci­ón con adolescent­es de verdad que pinta para ser un acontecimi­ento.

Por lo que más quiera en la vida, si en algo ama usted la comunicaci­ón, a nuestros niños y adolescent­es, luche por ir. Se lo recomiendo.

Crónicas coreanas

La gente me pregunta mucho por la comida coreana. Sabemos poco de ella. La confundimo­s con otras expresione­s gastronómi­cas de Asia.

La comida coreana, como la mexicana, es muy diversa y tiene dos peculiarid­ades que adoro: es sana y abundante.

¿A qué le refiero con lo de sana? No solo a que está hecha con ingredient­es locales, naturales y de temporada. Es una gastronomí­a sabia.

Los coreanos dicen, por ejemplo, que las enfermedad­es se curan primero con la comida. ¡Imagínese su riqueza en minerales, vitaminas y propiedade­s!

¿Qué le trato de decir cuando hablo de abundancia? A que se trata de platillos para compartir, para convivir.

Una mesa coreana no es una mesa de un solo plato. Siempre, invariable­mente, se sirve con muchísimos platillos de acompañami­ento: verduras, salsas, pescados, mariscos, huevos, tubérculos.

Comer en Corea es una experienci­a inolvidabl­e. Se lo juro.

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CLASOS Carlos Bracho realiza un gran personaje en la trama.
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