Ahora, el futuro con Trump
Debemos celebrar el anuncio del domingo en la noche.
Como suele suceder en esas negociaciones, unas se perdieron, otras se ganaron. Si tomamos en cuenta con quién se negoció, hay que felicitar a los negociadores.
Los resultados económicos se verán en años, faltan muchos detalles que sucederán en el complicado proceso de aprobación en el congreso estadunidense. Por lo pronto hay una buena noticia que debe reducir la incertidumbre de inversionistas, en la medida que se sepan con claridad las nuevas reglas, incertidumbre que este año ya ha golpeado a México, falta ver por ejemplo lo que ha sucedido en el sector automotriz.
En lo político el ganador es Donald Trump, que desde ayer ha vendido el nuevo acuerdo como el cumplimiento de una importante promesa de campaña y que él espera influya en las elecciones de noviembre, en las que está en juego la supremacía republicana.
Si el nuevo acuerdo generará la bonanza de empleos para los estadunidenses que Trump anuncia, está por verse, pero poco le importa, su preocupación es noviembre. Si este obstáculo se ha librado, qué sigue. La segunda obsesión trumpiana respecto a México es la migración, que además él relaciona con el crimen. Y esa batalla, que ya le tocará al nuevo gobierno, tal vez sea más complicada.
El gobierno estadunidense sigue presionando para que la migración centroamericana sea un problema mexicano arreglado desde la frontera con Guatemala y con peticiones como que se vuelva un “tercer país seguro” desde donde los centroamericanos y otros pudieran pedir asilo. No sabemos si hay o no acuerdo.
Después está el asunto de la seguridad que Trump relaciona con los migrantes. ¿Cómo va a recibir el gobierno de Estados Unidos la política, por ejemplo, de legalización y regulación de la mariguana que el gobierno federal estadunidense no acepta y de hecho le hace la vida difícil a los productores de los estados de EU que lo han hecho?
Eso por no mencionar el constante y cada vez peor acoso a nuestros paisanos que viven del otro lado.
Esa agenda, al menos parte, se pudo haber incluido en una negociación integral, ya que Trump tendría su regalo frente a las elecciones. No sucedió. Pero los temas ahí están y seguirán en los próximos meses y años.
Conociendo al señor de la Casa Blanca no sería de extrañar que los ponga muy pronto en la mesa.