El nuevo Presidente de México tomaba protesta
El sonorense Adolfo de la Huerta protestaba, con toda solemnidad, como el nuevo Mandatario de México en el Palacio de Gobierno en la capital del país, a cargo del Presidente de la Cámara de Diputados
Para recibirlo, una gran valla compuesta por más de 2 mil soldados yaquis formada desde el Congreso hasta su residencia particular, mientras que las calles que recorrió la comitiva del nuevo mandatario estuvieron abarrotadas de gente.
Al ser oficialmente presidente, de la Huerta abandonó el recinto del Congreso y se empezaron a escuchar las gloriosas notas del Himno Nacional Mexicano acompañadas de fondo con los tonos de la Marcha de Honor mientras soldados erguidos presentaban sus armas.
Plutarco Elías Calles, quien encabezaba la Secretaría de Guerra y fiel combatiente de Álvaro Obregón, creía en la hipótesis que decía, el ex presidente Venustiano Carranza se había suicidado al verse rodeado por sus rivales y de una profunda decepción de ver truncado sus planes de volver a la Presidencia.
Sobre Francisco Villa, manifestó el general Calles que no aceptó la propuesta que se le hizo al que se decía era el jefe de las operaciones en el estado de Chihuahua, y se le ofreció que se retirara de la vida revolucionaria junto con 100 de sus hombres de confianza erradicados todos en Sonora.
Como el cabecilla Francisco Villa no aceptó las condiciones, realizarían una búsqueda exhaustiva hasta dar con su paradero hasta dar con su rendición o en caso omiso, darle muerte.
En temas fuera de guerra y detenciones, la llamada peste bubónica hacía grandes estragos en el puerto jarocho, incluso había la orden a la Dirección de Ferrocarriles que los trenes del Mexicano solo llegaran hasta Jalapa y Córdoba, Veracruz.
En esos lugares se habían instalado estaciones sanitarias y se prohibía el paso a vehículos y personas procedentes de Veracruz con el fin de evitar en lo posible la propagación de la epidemia que había causado serios daños a la población jarocha.
En eso, la Cámara Central de Confederaciones de Cámaras de Comercio, enviaba un telegrama donde decía que se requería ayuda para contener la epidemia de dicha peste transmitida por una especie de pulga que contienen las ratas.
Se dijo que la enfermedad llegó a México por medio de una embarcación que provenía de Nuevo Orleans desembarcando en el muelle número 4 del Puerto de Veracruz, pues a los pocos días sus tripulantes empezaron a sentir los síntomas y se esparció sobre la población veracruzana.