A favor y en contra
l nombramiento de Álvaro Moreira Valdés como dirigente estatal del PRI, tiene a muchos militantes molestos y a otros tantos contentos. Para unos, es más de lo mismo que se vivió con los exgobernadores Humberto y Rubén Moreira, sienten que son los causantes de la debacle del tricolor en la entidad, pese a que mantienen la gubernatura.
Pero hay otros que saben que los Moreira han controlado la política en la entidad, que pueden regresar por sus fueros, reagruparse y volver a ser al PRI un partido protagonista. En general, los llamados ciudadanos de a pie, los que ya no votaron por el tricolor, sienten que el partido Revolucionario Institucional ha recibido una estocada mortal, ya que nombrar a otro Moreira afectará su imagen, por lo que ven que de aquí en adelante ya no serán los mandones y de esa manera, le dejan libre el camino al partido de Andrés Manuel López Obrador, a Morena. Se fue Rodrigo Fuentes, deja la dirigencia estatal del tricolor en la que pasó con más pena que gloria. Perdió casi todo lo que había en juego, por lo que solamente le queda mirar los toros desde la barrera. Ahora, Álvaro Moreira toma las riendas del tricolor, pese a saber que tiene mucho en su contra y que solamente cuenta con el apoyo de unos cuantos, principalmente de la capital del estado, ya que en La Laguna es un desconocido y solamente por el apellido lo identifican, pero sin saber realmente su trayectoria. Ahora, se vienen más cambios en el PRI, por lo que en Torreón ya prepara sus maletas Hugo Dávila, dirigente municipal de este organismo político, en el cual no ha hecho nada y sí ha logrado que los liderazgos estén divididos. Por otro lado hay priístas que estaban esperando esta oportunidad, tanto de la vieja como la nueva guardia y entre ellos se encuentra Enrique Sarmiento, viejo lobo de mar y quien espera que el nuevo líder estatal lo tome en cuenta. El comentario de varios militantes priístas, es que de seguir por este derrotero el tricolor, ellos habrán de abandonar las filas y mejor se unirán a Morena, en donde ven un futuro más prometedor. No cabe duda que en el apellido pueden llevar la penitencia.