Pese a nuevo TLC, hay que mirarhaciaChina
El acuerdo es un “impulso” para eliminar aranceles a acero y aluminio, dice Graciela Márquez; sector metalúrgico advierte recortes ante mayores costos
Jude Webber/ El alivio llegó a las salas de juntas y oficinas de gobierno mexicano esta semana, después de que Canadá y Estados Unidos superaron sus diferencias para lograr el Acuerdo entre Estados Unidos México y Canadá (USMCA, por su sigla en inglés), el cual preserva el régimen que contribuye a un comercio anual con valor de 1.2 billones de dólares entre los tres socios de América del Norte.
Los líderes empresariales elogiaron el renovado pacto regional de libre comercio y dijeron que México puede esperar una moneda más fuerte, un mayor crecimiento, tasas de interés más bajas y el aumento hasta de 50 por ciento en las exportaciones durante la próxima década.
Incluso una de las partes más polémicas del acuerdo —reglas más estrictas sobre qué cantidad de partes de un automóvil tiene que fabricarse en América del Norte para calificar al acceso libre de impuestos— debe considerarse como una oportunidad, no un problema, dijo Jesús Seade, negociador comercial del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Para México, el principal impulso del acuerdo comercial de esta semana ya se había elaborado bilateralmente con Washington desde agosto. Pero mientras EU y Canadá se mantuvieran alejados, pendía de un hilo el estatus trilateral del acuerdo. “Con el nuevo tratado podemos aumentar 50 por ciento nuestras exportaciones en los próximos 10 años y eso significa un aumento en los empleos”, dijo Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Aunque inevitablemente hay concesiones, “lo más importante es que logramos esto en un momento en el que las tendencias proteccionistas provocaron un mayor temor”, dijo Graciela Márquez, próxima secretaria de Economía, a FinancialTimes. El presidente estadunidense Donald Trump impuso aranceles sobre el acero y el aluminio, incluso para sus socios de México y Canadá y la guerra comercial entre EU y China se intensifica.
Aunque Márquez considera al USMCA como “un impulso de apertura” para deshacerse de los aranceles sobre el acero, y Seade dijo que como resultado del pacto el posible gravamen sobre los automóviles con el que amenazó Trump “no se van a aplicar, por lo general”, los acereros mexicanos quedaron consternados.
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero de México (Canacero), calificó a los aranceles de “francamente incongruentes... a pesar de que tenemos un acuerdo trilateral, la grave situación que afecta a nuestro sector se mantiene. Eso inevitablemente tendrá un impacto en los puestos de trabajo”.
La producción de México de artículos terminados de acero cayó 8.4 por ciento en agosto respecto a mayo —incluso antes de que comenzaran a aplicarse los aranceles en junio— y las exportaciones a EU cayeron casi un tercio, dijo la Canacero.
“No insistimos lo suficiente para que se eliminaran los aranceles sobre el acero”, aceptó Seade, ex director adjunto de la Organización Mundial de Comercio. El gobierno entrante dio todo su apoyo al pacto comercial, y le da la bienvenida al acuerdo, que representa un dolor de cabeza menos al que hay que hacer frente en un momento en el que los problemas internos de seguridad van en aumento.
Seade dijo que lo “desconcierta” la creencia generalizada de que