Día mundial de la alimentación, nuestras acciones son nuestro futuro
El día de hoy celebramos el día mundial de la alimentación, un día que cada año cobra más relevancia por las situaciones en las que se ve envuelto. La seguridad alimentaria constituye uno de los mayores problemas del mundo y se encuentra directamente relacionado al cambio climático. En la actualidad 1 de cada nueve personas, el 11% de la población mundial, sufre de hambruna.
Según cifras de la ONU, nuestra población mundial podría alcanzar un total de 9600 millones de personas en el 2050, México tiene una proyección de 150 millones, es decir, aproximadamente 32 millones más de los que ya estamos aquí. Para hacer frente a esta situación, debemos lograr que nuestros sistemas agrícolas y alimentarios logren adaptarse a los efectos nocivos del cambio climático y ser más productivos y sostenibles. En pocas palabras debemos ser capaces de producir más alimento en la misma superficie de tierra y optimizar los recursos naturales utilizados. Según cifras de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), tenemos que lograr incrementar en un 60% la producción agrícola mundial, con precios controlados, para poder alimentar a la población. Ante semejante reto, el cambio climático no nos está ayudando. La deforestación y la degradación en los bosques es indiscriminada, provocando una mayor afectación de los gases de efecto invernadero.
Se estima además que la pesca sufra una disminución de hasta el 40% en los trópicos, lo que supondrá una crisis en los medios de vida de esas regiones y tendrá un impacto devastador en el resto del mundo por el suministro de alimento proveniente de las costas.
Ahora bien, no todo es culpa del cambio climático, el mundo también debe aprender a administrar los alimentos que produce, mejorando los sistemas de recolección, almacenamiento, embalaje, transporte y mecanismos de mercado, para evitar que lo ya producido, se deteriore. Sabía usted que anualmente se desperdicia o pierde alrededor de 1,300 millones de toneladas de alimento, esto supone aproximadamente un tercio de lo producido y todo debido a qué simplemente no sabemos manejarlo adecuadamente.
Por si esto no fuera ya bastante complicado, le quiero dejar un dato más. Una de las actividades económicas, responsable de casi dos tercios de los gases de efecto invernadero, que tanto dañan los ecosistemas y concentran la contaminación y causante además del casi 80% de emisiones de metano agrícolas, es la ganadería. Como usted sabrá amigo lector, nuestra comarca lagunera se encuentra entre las principales regiones de producción a nivel mundial en este rubro. Y claro que no estoy en contra de la carne asada, como lagunero sería sacrilegio, pero saque usted sus conclusiones y las consecuencias que como región podemos afrontar, si no logramos mejorar nuestras prácticas en la gestión del ganado y mitigar los gases producidos, así como sus efectos en el ambiente.
El panorama es desolador, a nivel país, no tenemos aún las condiciones necesarias para apoyar la producción eficiente de alimento, hace falta infraestructura, los apoyos a los sectores agrícolas y pesqueros son cada vez más escasos y difíciles de conseguir. Requerimos tecnificar nuestro campo, nuestra pesca, profesionalizar a nuestros productores y sobre todo desarrollar esquemas de inversión que fomenten, no que ahoguen, al emprendedor. Necesitamos soluciones para un problema actual, pero que si no atendemos tiene tintes apocalípticos. Medio ambiente y alimentos son factores íntimamente ligados, la FAO, solicita el apoyo mundial y ha puesto en marcha un programa denominado “Hambre Cero”, el cual pretende erradicar el hambre en el mundo hacia el 2030. Un reto, sumamente difícil pero no imposible.
Es momento de apoya y actuar, fomentando una cultura de respeto ambiental y conciencia alimentaria que nos permita mejorar nuestro entorno. Es momento de exigir a nuestras autoridades el desarrollo de mejores políticas públicas aplicables las actividades de la pesca y la agricultura y que sus acciones sean incluidas en la próxima agenda gubernamental. Como nos dice José Graciano da Silva, Director general de la FAO, debemos hacer valer nuestro compromiso en lo social, lo ambiental y lo político, para lograr un mundo libre de hambre y tengamos en cuenta, que debemos empezar ya, que nuestras acciones de hoy son nuestro futuro.