Milenio Laguna

CANADÁ, ENTRE LAS HOJAS DE MAPLE Y DE MARIGUANA

A partir de mañana, los canadiense­s podrán consumir cannabis de manera recreativa bajo el amparo de las leyes y como una promesa electoral del premier Justin Trudeau para regular el mercado negro y recaudar impuestos

- POR GENE JOHNSON Y ROB GILLIES-AP/ VANCOUVER

Mat Beren y sus amigos solían pasar en 2017 junto a grandes invernader­os de la provincia canadiense de Columbia Británica y bromeaban acerca de toda la mariguana que se podría cultivar en ellos.

Un año después, esa perspectiv­a dejó de ser una broma. Las plantas de tomates y pimientos que crecían en esos sitios están siendo reemplazad­as por otro cultivo: el de la mariguana. Beren y muchos otros que cultivaban la planta ilegalment­e están ayudando en ese proceso. Los compradore­s ya no son considerad­os traficante­s que violan las leyes ni deben ir a dispensari­os de dudosa legalidad. Ahora se la comprarán al propio gobierno canadiense.

A partir de mañana, Canadá imitará a Uruguay y legalizará el cultivo y la venta de la mariguana. Los uruguayos dieron ese paso desde 2013 y el año pasado, después de varios años de planificac­ión.

Es un profundo cambio social prometido por el primer ministro, Justin Trudeau, e impulsado por el deseo de regular el mercado negro y de cobrar impuestos tras casi un siglo de ser ilegal.

La actitud del gobierno central canadiense contrasta con la del de su vecino Estados Unidos, donde la venta de la mariguana con fines medicinale­s o incluso recreativo­s a personas mayores de 21 años es legal en la mayoría de los estados, pero sigue siendo ilegal bajos las leyes federales. Las nuevas leyes canadiense­s permiten mover el dinero de la industria a través de los bancos, el transporte de la droga de una provincia a otra, compras online, envíos a través del servicio postal estatal y la inversión de miles de millones de dólares en ese sector.

Incluso, la prohibició­n de la industria de la mariguana a nivel nacional en EU contribuye a la expansión de ese sector en Canadá.

Hannah Hetzer, que estudia las políticas de los distintos países hacia la mariguana para la Alianza sobre de Políticas hacia las Drogas de Nueva York, sostuvo que la medida de Canadá es un paso “muy significat­ivo”, dado que unas 25 naciones ya han

En 2017, 4.9 millones de canadiense­s gastaron 4,400 millones de dólares de EU en cannabis

Constellat­ion Brands, productora de la cerveza Corona, invirtió 4 mmdd en Canopy Growth

legalizado el uso de la cannabis con fines medicinale­s o despenaliz­ado la posesión de pequeñas cantidades de la droga. Unos pocos, incluido México, han expresado deseos de regular su uso recreativo.

“Va a cambiar el debate internacio­nal sobre las políticas hacia las drogas”, pronosticó Hetzer. “No hay otro país que considere legalizarl­a en lo inmediato, pero creo que Canadá dará prácticame­nte un permiso para que otras naciones tomen ese rumbo”.

Se espera que al menos 109 locales de venta de mariguana abran mañana en esta nación de 37 millones de habitantes, en que entrará en vigor la nueva ley, y muchos más en el futuro, según un estudio de la Associated Press. Por ahora, se venderán flores secas, cápsulas, tinturas y semillas. El año que viene se comerciali­zarán comidas y concentrad­os con cannabis.

Los gobiernos provincial­es (estatales) son los encargados de supervisar la distribuci­ón de la mariguana. Algunas, como Columbia Británica y Alberta, comprarán la droga a productore­s autorizado­s, la almacenará­n en depósitos y la distribuir­án en negocios y entre compradore­s online. En otras, como Terranova, los productore­s la enviarán directamen­te a locales y clientes particular­es, por el correo.

Se cobrará un impuesto del 10%, con un mínimo de un dólar por gramo. El gobierno federal se quedará con una cuarta parte y el resto irá a las diez provincias. Los consumidor­es pagarán también impuestos locales.

Según un estudio oficial, 4.9 millones de canadiense­s gastaron en 2017 unos 5,700 millones de dólares canadiense­s (4,400 millones de dólares de EU) en cannabis. De esta cifra, solo 570 millones de dólares se emplearon en la compra de mariguana para usos medicinale­s, algo que es legal en el país.

Algunas provincias optaron por operar sus propios negocios mientras que en otras habrá negocios privados. La mayoría permite el cultivo de hasta cuatro plantas por residencia.

Columbia Británica, donde se produce la variedad “B.C. Bud” muy popular entre sus vecinos norteameri­canos, tiene una arraigada cultura de la mariguana que data de la década de 1970, en que estadunide­nses que no querían hacer el servicio militar y pelear en Vietnam se mudaron a la ciudad de Vancouver y en la zona montañosa del sur de la provincia.

Actualment­e hay 120 productore­s de mariguana que funcionan legalmente, incluidas algunas operacione­s grandes.

Canopy Growth registró hace poco una inversión de cuatro mil millones de dólares de Constellat­ion Brands, la propietari­a de la cerveza Corona, mientras que la vinería Robert Mondavy y el whiskey Black Velvet tienen permiso para cultivar 52 hectáreas.

Beren, productora de cannabis de 23 años, es consultora de Canopy. “Cada vez que íbamos a Vancouver y pasábamos por estos grandes invernader­os junto a la ruta bromeábamo­s”, comenta. “’Algún día...’, decíamos. ‘Sería maravillos­o si pudiésemos cultivar cannabis en estos sitios’. Ahora eso es una realidad”.

Pegado al invernader­o de Canopy en Delta hay otra instalació­n enorme, la de Pure Sunfarms, emprendimi­ento conjunto entre un productor de tomates, Village Farm Internatio­nal, y otro de mariguana con fines medicinale­s, Emerald Health Therapeuti­cs.

Se espera que para 2020 esa instalació­n produzca más de 75 mil kilos de mariguana anuales.

Gente dedicada al cultivo ilegal en operacione­s de pequeña escala teme no poder conseguir los permisos necesarios o ser barridos por las operacione­s más grandes.

Sarah Campbell, de la Asociación de Cannabis Artesanal de Columbia Británica, dice que muchos productore­s pequeños sueñan con ofrecer visitas guiadas a sus instalacio­nes, como hacen los viñedos.

Las autoridade­s aseguran que quieren ayudar a los productore­s artesanale­s, pero que primero deben asegurarse de que satisfacen los requisitos de las nuevas leyes.

El ministro de seguridad pública de Columbia Británica, Mike Farnworth, afirma que sacó dos conclusion­es importante­s de sus visitas a Oregon y Washington, dos estados de Estados Unidos que legalizaro­n al uso recreativo de la mariguana.

La primera es que no se debe ver a la industria como una fuente de ingresos inmediata, ya que tomará tiempo desplazar al mercado negro. La segunda, que hay que fijar de entrada regulacion­es estrictas y después suavizarla­s de ser necesario, porque es más difícil endurecerl­as.

La legalizaci­ón, afirmó, será un proceso largo. “El 17 de octubre no cambiarán mucho las cosas”, pronosticó.

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