Empresas de cigarros buscan opciones para no esfumarse
Compañías de la talla de Philip Morris y British American Tobacco incursionan en nuevos mercados como los e-cigs
En medio de una sala de cine se encuentra Totó, un niño de seis años, quien junto a sus amigos pasa de mano a mano un cigarrillo; el filme de Giuseppe Tornatore, ambientado en la Segunda Guerra Mundial, refleja la cotidianidad que ha adquirido la práctica de una industria cuya historia, se dice, comenzó en 1492 con la llegada de Colón a la bahía de Bariay y que ahora enfrenta la disyuntiva de la transición a lo tecnológico y la permanencia del sector tradicional.
De acuerdo con cifras de la consultora Euromonitor International, a 2017 el valor del mercado de tabaco en México se ubicó en 72 mil 647 millones de pesos y se espera que en 2022 alcance 78 mil 282 millones de pesos. En volumen, se venden alrededor de 31 millones de cigarros.
La industria es liderada por Marlboro, de Philip Morris, con 49 por ciento de participación; le sigue Pall Mall, de British American Tobacco, con 14.9 por ciento; y Delicados, también de Philip Morris, con 8.3 por ciento.
A escala mundial, China es el mayor consumidor de la industria, con más de 2 mil millones de fumadores, después vienen Rusia, Estados Unidos e Indonesia. México, según World Lung Foundation, tiene 29 millones.
Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas Alcohol y Tabaco, Encodat 2016-2017, de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic), 4.9 por ciento de la población de entre 12 y 17 años (648 mil adolescentes) fumaba tabaco.
Las investigaciones en torno al incremento en el consumo de cigarros y las consecuencias a la salud datan de la década de los 80; sin embargo, la preocupación tanto del sector salud como de la iniciativa privada sobre el futuro de la industria y sus repercusiones en los consumidores involucran una necesidad creciente de sustitución y búsqueda de productos alternativos a los convencionales, como los cigarrillos electrónicos o e-cigs. “Trabajamos desde hace más de una década en un desarrollo científico de primer nivel que busca elaborar productos para aquellos fumadores que no dejarán de serlo, porque sabemos que a pesar de los esfuerzos en materia de política pública, la realidad es que hay mil millones de fumadores, cifra que se va a mantener estable en los próximos años”, dijo Gonzalo Salafranca, director de Asuntos Corporativos de Philip Morris México.
Expuso que la ambición de la empresa es desarrollar un portafolio de productos alternativos para dichos fumadores. “En la combustión, cuando se quema el tabaco, se liberan muchos componentes químicos que están asociados a las enfermedades ligadas a fumar y lo que la empresa busca es desarrollar productos libres de esta combustión”, añadió.
Hacia la regulación
Pese a que algunos jugadores importantes del sector han decido impulsar el desarrollo de nuevos productos, la prevalencia de fumadores, así como las discusiones en torno a la viabilidad de cada uno de estos proyectos, sigue latente.
En México, según el artículo 16 de la Ley General de Control del Tabaco, la comercialización, venta, distribución, exhibición, promoción o producción de cualquier objeto que no sea un producto del tabaco, contenga alguno de los elementos de la marca o cualquier tipo de diseño o señal auditiva que lo identifique, está prohibida.
Sin embargo, en 2016 la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) decomisó más de 400 piezas de cigarros electrónicos, imponiendo multas superiores a 1.2 millones de pesos. “El efecto de renormalización alude a la posibilidad de que todo aquello que hace atractivo a los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) para los fumadores, pueda aumentar el atractivo del hábito de fumar en sí mismo y perpetuar la epidemia de tabaquismo. Los SEAN imitan la experiencia personal y el comportamiento público del acto, y el creci-