Intervenir en educación II
Al señalar anteriormente que el objeto principal de la Pedagogía es intervenir en la educación y, al mismo tiempo, destacar que ello la convierte en relevante en nuestro tiempo, dadas las dificultades que se enfrentan en las escuelas para lograr mejores aprendizajes, lo hago convencido de que deben tomarse medidas efectivas para ir más allá de la mera administración de los planteles escolares. En el tiempo que llevo colaborando en la Subsecretaría de Educación de la Región Laguna, el contacto con figuras directivas, asesores pedagógicos y docentes, me ha permitido conocer que una de las mayores debilida- des de los distintos actores educativos es precisamente la formación en el ámbito pedagógico, más concretamente en el manejo de las estrategias didácticas para aplicarse según las diversas disciplinas o asignaturas y las edades de los alumnos. De igual forma los problemas que enfrentan los docentes para hacer análisis curricular, dosificación de contenidos, planificación didáctica, diseño y uso de materiales para la enseñanza, técnicas e instrumentos de evaluación, entre otros aspectos.
De acuerdo con lo expuesto no podemos hacer generalizaciones, claro está, pero es importante el número de docentes que batallan con esto, sobre todo ahora que se ha incrementado el número de contrataciones de profesionistas para desempeñarse en educación básica sin haber pasado por una institución formadora de docentes, es decir, sin estudios mínimos de Pedagogía. Es por ello fundamental, insisto, tomar medidas para cambiar esta situación. De ahí que valga la pena destacar que la primera figura responsable de que los maestros hagan bien su trabajo, incluida la necesaria preparación para el exitoso desempeño en las aulas, es el director de la escuela. Dentro de sus variadas obligaciones está acompañar y asesorar a sus docentes, para que cuenten con elementos que les posibiliten facilitar la adquisición de los aprendizajes en sus alumnos. ¿Cuentan con la preparación para hacerlo? Otras figuras son los liderazgos externos a la escuela como los Supervisores y Asesores Técnico Pedagógicos. Sin embargo, algo que llama la atención y me preocupa es que al amparo de lo que se ha denominado autonomía de gestión pareciera estar ocurriendo una especie de laissez faire pedagógico en las escuelas, esto es, el “dejar hacer, dejar pasar” producto, desde mi punto de vista, de una inadecuada interpretación de dicha autonomía. Seguiremos con el tema.