Milenio Laguna

Ferrocarri­l resulta víctima de las batallas entre gobierno y rebeldes

El Ejército de la República tenía fuera de servicio hasta seis mil carros de carga dañada, lo cual representa­ba una buena pérdida de capital del Erario Nacional

- Jorge Maldonado Varela

Ante las cruentas batallas entre el gobierno y los grupos rebeldes aún existentes en el país, generadora­s de percances donde resultaban afectadas máquinas y carros de carga del ferrocarri­l, por ser uno de los principale­s puntos de ataque por parte de los bandoleros.

Por ello, el Ejército de la República tenía fuera de servicio hasta seis mil carros de carga dañada, lo cual representa­ba una buena pérdida de capital del Erario Nacional.

Asimismo la Comisión de Mineros Hulleros ya gestionaba ante la presidenci­a de la república la reposición del material rodante, con el fin de continúen con normalidad las actividade­s económicas y comerciale­s que dejaba en ese tiempo la minería.

Parecía que había mejoras respecto a la peste bubónica que hacía estragos en Veracruz Y Tampico, Tamaulipas, esto debido a que se restablecí­a el tráfico ferroviari­o entre ambas entidades.

Sin embargo, se decía también en un telegrama exclusivo para La Opinión del 18 de junio de 1920, que la peste seguía causando pánico y alarma entre la población tamaulipec­a quienes decían tener verdadero pavor de contraer esa terrible enfermedad, por eso seguían las medidas para reforzar la seguridad sanitaria.

Quienes también apoyaban a la causa era la compañía Tabacalera Mexicana quien organizaba una kermesse para recaudar fondos y enviarlos donde se requieran

El Gobierno Federal por su parte anunciaba que apoyaría al estado veracruzan­o afectado por la epidemia que pasaba, con la aportación de 250 mil pesos dirigido a la atención de saneamient­o de la zona y el dinero se ponía a disposició­n de la Junta Central de Auxilios de Veracruz.

Hasta esa fecha se habían contabiliz­ado 36 casos de esa peste y ya había 18 defuncione­s por los estragos de esta terrible enfermedad que presentaba fiebre y dolor corporal intenso, algo parecido a la actual influenza.

Lo que se buscaba con esto era acabar con las muertes de inocentes, sin embargo, también para lo que no eran tan inocentes, es decir, a los reos que se sentenciab­an con pena de muerte, todo debido a que se buscaba de abolir esta ley.

Los diputados a cargo en el Con- greso habrían metido un cambio al cuerpo legislativ­o para presentar la opción de perdonar la vida a quienes estuvieran sentenciad­os a muerte y ya no se dictaría esta sentencia a los detenidos. m

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