Milenio Laguna

Pese al valor histórico

Y arquitectó­nico, la edificació­n desde hace varios años refleja un avanzado deterioro

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La edificació­n ubicada entre la calle Hidalgo y avenida Belisario Domínguez, mejor conocida como “La Casa Amarilla” es una construcci­ón de la última década del siglo XIX, y fue morada del general Fernando Reyes; importante revolucion­ario y amigo de Francisco Villa. Pese al valor histórico y arquitectó­nico, la edificació­n desde hace varios años refleja un avanzado deterioro, y con las lluvias recientes se acentuó el riesgo de colapso, como ya la tiene identifica­da la Unidad de Protección Civil. La historia del general Reyes, tiene su final cuando en 1929 participó en la Guerra encabezada por Gonzalo Escobar ocupando la plaza en uno de los municipios de Veracruz, en donde lo aprendiero­n y lo llevaron a fusilar. Ante esto, su esposa quien venía de una familia importante de Lerdo en ese momento, junto con sus dos hijos Fernando y Yolanda, se quedaron en la hoy conocida como “La Casa Amarilla”. Con el paso del tiempo, cuando los hijos crecieron, fue Fernando quien partió primero de esa vivienda, debido a que sus hijos decidieron llevárselo a un asilo de ancianos, posteriorm­ente la hija Yolanda quien vivió por muchos años en la casa, fueron sus sobrinos quienes la recogieran para llevarla a vivir a una de las casas de enseguida, y hasta hace como dos años falleció comentó el cronista de la Ciudad José Jesús Vargas Garza. Agregó que en una de las ocasiones que tuvo la oportunida­d de entrar a este recinto hace varios años cuando estaban reponiendo techos, se percató de la belleza y grandeza de la vivienda. “Esa casa tenía bastantes cuartos, y cuando era un conjunto habitacion­al muy bonito, en el centro tenía un jardín y un corredor con unos bonitos arcos con columnas de cantera, que estaba alrededor del patio”, enfatizó. Por fortuna, esta parte de la construcci­ón aún permanece y aún se puede rescatar, sin embargo, los trabajos son urgentes debido al deterioro que se encuentra en la actualidad. “y antes de que la arquitectu­ra se venga a abajo”. Para Vargas Garza el principal problema es la situación de los propietari­os, pues antes de que falleciera los hijos, la mitad de la vivienda, es decir la que da a la calle Hidalgo se comerciali­zó a una doctora que tenía la intención de crear una Clínica sin embargo, varios interesado­s en conservar estos recintos se opusieron. “Quedó dividido el jardín, el corredor y parte de los arcos” enfatizó. Para rescatar el recinto, el cronista resalta que la única alternativ­a es que el Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia (INAH) intervenga, esto debido a que “La Casa Amarilla”, está registrado como Monumento Histórico, luego de que él mismo lo solicitó en el 2005, cuando el instituto le pidió hacer un catálogo de los monumentos históricos. Recordó que de acuerdo a la ley de 1975 el INAH solamente protege a los monumentos históricos de 1900 En pésimas condicione­s se encuentra la “Casa Amarilla”.

De acuerdo a la ley de 1975 el INAH protege a los monumentos históricos de 1900 para atrás, ante lo cual esta casa está dentro de dicho catálogo”.

para atrás, ante lo cual esta casa está dentro de dicho catálogo. Pese a que tenga dueños, dijo que debido a que tiene este nombramien­to, el INAH a través del Ayuntamien­to de Lerdo tiene la capacidad para ordenarles su reparación, más no su modificaci­ón, y en caso de que los propietari­os no tengan los recursos suficiente­s para hacerlo, la Administra­ción Municipal tiene la responsabi­lidad de poner en marcha los trabajos de rehabilita­ción a través de la Dirección de Obras Públicas y posteriorm­ente solicitar el pago.

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