SHCP avalaba exportar 50 mil pacas de algodón
Eran consideradas como excedentes después de que se surtiera a la industria nacional textil. Si no se exportaban, la fibra se encarecía en el extranjero, pero convenía la venta
Tenía más de un año que se había comenzado a construir la carretera de Torreón a Gómez y el siempre muy movido don Patricio O´Hea anunciaba que el proyecto se iba a retomar y que los trabajos iban a volver al punto en el que se quedaron.
Más de mil familias en Wichita, Texas, quedaron sin hogar ante el incendio de campos petroleros en estas tierras. Las pérdidas materiales se estimaron en la entonces escalofriante suma de dos millones de dólares, solo en los campos. Faltaban las cuentas de las pérdidas de viviendas y negocios.
No se pensaba entonces en eso de la contaminación. Pero, no faltaba el optimista que señalaba que esta oportunidad era para que México probase su poderío en el rubro. Y que además podría generar más petróleo ante la tragedia. Por cierto se pensaba que en Durango había muchos campos de petróleo.
Se otorgaba el dictamen del incendio de la Tlapalería Central y toda la cuadra alrededor. No se brindaron detalles pero si se logró conocer que al dueño prácticamente se le exoneró de culpa, porque aparentemente no era un pirómano.
El reportero no es metiche, solo curioso y al reportero de La Opinión que vio una bola reunida en la casa 23 de la Valdés Carrillo, fue a ver que estaba pasando y resultó que el dueño, el otomano Elías Abusamara había sido herido de bala por el mayor Trigo del ejército.
Y como la gente tampoco es chismosa, se sacaron como cinco versiones del hecho. La primera un disparo accidental; o que ambos se traían un lío de faldas; y así muchas cosas que ya se determinarían luego por que de momento urgía trasladar al herido.
Finalmente llegó al puerto de Veracruz el cuerpo de Amado Nervo. Sus restos fueron entregados por el ministro de Uruguay don Erasmo Callorda, a Salvador Diego Fernández oficial mayor de relaciones en emotiva ceremonia.
A Washington llegó el príncipe de Gales y fue recibido desde luego con pompa y circunstancia de la mano y compañía del vicepresidente Marshall, ya que el presidente Wilson seguía medio malón, recuperándose pero despacio.
Los senadores gringos recibieron el informe completo sobre el escándalo que armó el cónsul Jenkins. El senador King por Utah había pedido cuando se dio a conocer el dizque secuestro, garantías para sus compatriotas y ahora era el primero en mencionar que había que pagarle a México lo que se pagó de rescate.