Nalgadas. Estudio científico señala que no ayudan a criar
La investigación, realizada por la Universidad de Michigan y publicada en Child Abuse & Neglect
Si algo tienen en común los papás de todo el mundo es su propensión a imponer disciplina a sus hijos a base de nalgadas. Si bien ya se había documentado, en países ricos, que nalguear a los infantes está asociado con malos resultados, se sabía poco sobre la situación en países de ingresos bajos y medios.
Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan, publicado en línea en Child Abuse & Neglect, buscó una respuesta a partir de datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef ) y llegóaconclusionesclarassobreel castigo corporal. Algunas consecuencias son calificaciones bajas en un índice de desarrollo socioemocional.
La Unicef ha realizado cinco rondas de la llamada Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS, por su sigla en inglés), y tres investigadores de Michigan, Garrett Pace, Shawna Lee y Andrew Grogan-Kaylor, depuraron los resultados de las últimas dos rondas para aprovechar datos de 215 mil 885 niños en 62 países, es decir, casi un tercio de todos los países del mundo. En el estudio también participaron 3 mil 174 menores de México.
Con esta muestra internacional, los investigadores concluyeron que 43 por ciento de los niños recibieron nalgadas (o fueron testigos de cómo fue nalgueado alguno de sus hermanos) durante el mes previo a la encuesta.
De cada hogar encuestado, se eligió al azar alguno de los hijos, y las preguntas se hicieron en persona a los responsables, es decir, el padre, la madre o tutor. Uno de cada tres declaró que en su opinión el castigo físico es necesario para educar. Entre las preguntas que se formularon a los adultos sobre cada menor de la muestra estaba si el niño se lleva bien con otros, si tiene la costumbre de gol-
pear, patear o morder a otros o si se distrae con facilidad.
Los científicos usaron modelos multinivel para encontrar resultados de las nalgadas y revelaron que para niños de tres y cuatro años, recibir nalgadas o ser testigo de éstas se tradujeron en calificaciones bajas en un índice de desarrollo socioemocional, según reveló el estudio de la Universidad de Michigan. Menor aislado.