Rodolfo Esparza
“El legislativo imponía su voluntad”
En el Título Tercero, Capítulo 1, Artículo 49 de nuestra Constitución, se establece que el Supremo Poder de la Federación, se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial; el orden en que aparecen no es casual, aunque tienen igual potencia, el legislativo va primero porque ahí está la máxima representación popular, todos los partidos y los ciudadanos independientes de estos, pero no independientes ninguno de la designación ciudadana en quien originalmente reside la soberanía. Al Presidente, que lo es por la mayoría, pero no por unanimidad, le corresponde llevar a la práctica las leyes y ordenamientos emanados de la soberanía nacional, y el Judicial velar por el cumplimiento de las leyes y sancionar a quien las viole o incumpla; según nuestra teoría del estado; los poderes son independientes y no pueden caer dos de ellos en la misma persona, menos la totalidad, porque dejaríamos de ser una República en nuestro caso federal. Esto así llanamente expresado, deberíamos tenerlo claro todos los mexicanos.
No obstante, nuestra historia dice que sin modificar esta teoría, el balanceo contra peso que cada uno representa para los otros, no ha sido del todo efectivo. Hubo un tiempo que el legislativo imponía su voluntad y entorpecía a los otros. Juárez fue el primero el fortalecer el ejecutivo y después Carranza re forzó esta circunstancia dando pie al presidencialismo, donde el Presidente tiene el control político de los otros poderes. En la víspera de un nuevo periodo presidencial; el legislativo, bajo las facultades que le da la Constitución, presentó en la Cámara de Senadores una iniciativa que haciendo eco de una exigencia ciudadana desoída especialmente desde Salinas a la fecha, promete actuar sobre un elemento del mundo financiero que ha abusado de la permisividad del gobierno. En respuesta el próximo ejecutivo lo contradice, y aunque ha prometido respetar a los otros poderes, no escapó de la tentación de develar la tradición de que en el país, el que manda es el Presidente, olvidándose de lo que establece la Constitución y de su promesa de campaña.
Así, al menos que sea una estrategia para conseguir el mismo propósito, está en puerta el hecho de que cada poder ejerza sus facultades y su poder aún contra el dinero, por el bien del país, y no sea la misma gata, solo que revolcada.
Hubo un tiempo que el legislativo imponía su voluntad y entorpecía a los otros