Doblada al español
Estaba yo dilucidando sesudamente sobre la necesidad de tener un nuevo tipo de empresarios e inversionistas que sustituya a los melifluos, oportunistas, entrones y bravíos que no anden ahí de temerosos y nostálgicos por los viejos tiempos de las adjudicaciones directas a los amiguetes, cuando me topé con el clásico melodrama ranchero del momento. Paco Ignacio Taibo II, elegido para dirigir el Fondo de Cultura Económica, bajo una serie de sainetes por no ser mexicano de nacimiento, anunció en la Feria del Libro de Guadalajara que de cualquier manera tendría esa labor y que se la habían “metido doblada" a sus críticos.
Los señalamientos contra Paco suenan, la verdad, como de las hermanitas Vivanco recitando al Padre Ripalda. No sé por qué esto me recuerda a aquel bonito momento cuando todos se rasgaron las vestiduras telenoveleramente cuando el ex candidato presidencial panista, Carlos Castillo Peraza, se ganó el mote de Leperaza por responder a unos cuestionamientos reporteriles con un “son chingaderas” y un “no sea pendejo”. Bueno, el gremio periodístico, al que le falta un grado para tener un léxico de vulcanizadora, se paró de pestañas dándose golpes de pecho.
Está bien, el conocido escritor sí se pasó, fue procaz y ordinario, pero las quejumbrosas borrascosas estuvieron muy chillonas. Pudo haber dicho “se las dejamos cayetano”, o que podían ver la repetición de su triunfo en You porn y en Porn Hub, o simplemente pudo haber puesto el clásico de Queen, “We are the champions”, my friend. Inquieta, sí, la respuesta tipo La Liga de la Decencia con golpe de pecho incluido, el chilladero panista con al ritmo del “¡Ánimo Montana!” incluido.
Como sea, cualquiera diría que para tener aceptación y credibilidad lo que se espera de un político y un funcionario es que hable ceceando como Arturo Rambal en Mártir del Calvario, con un florido repertorio lingüístico del echeverrismo y voz engolada de Paco Malgesto. Para eso ahí está mi licenciado Peña.
A lo mejor Paco Ignacio Taibo II pensó en doblada, pero al español.
Paco fue procaz, pero las quejumbrosas borrascosas estuvieron muy chillonas