Milenio Laguna

La Ley es la voluntad popular

- FERNANDO RANGEL DE LEÓN

La Ley Federal de Remuneraci­ones de Servidores Públicos, que ordena que ningún servidor público Federal puede tener un sueldo superior al del Presidente de la República, que es de 108 mil pesos mensuales, fue aprobada por la mayoría de los nuevos senadores y diputados Federales, de MORENA, y entró en vigor el pasado 6 de noviembre, recogió el sentir y la indignació­n de casi la totalidad de la población de México, de que no es ni humano ni justo que mientras el salario mínimo para los millones de trabajador­es es de $88.36 diarios, el sueldo de un Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación SCJN, es de alrededor de 700 mil pesos mensuales, o sea, 23 mil 333 pesos diarios; que no los ganaba ni Obama; y la cual está integrada por 11 ministros; por lo que dan un total de 7 millones 700 mil pesos mensuales.

Ese sentir e indignació­n del pueblo mexicano, expresados en las urnas el pasado 1 de julio, en que eligió a esos senadores y diputados federales, es su voluntad popular contenida en dicha ley que fija topes máximos a los sueldos de los servidores públicos; que ya están acatando los poderes Ejecutivo y Legislativ­o; pero no el Judicial, que se resiste a respetarlo­s; utilizando para ello tecnicismo­s jurídicos, sofismas (razonamien­tos falsos con apariencia­s de verdaderos) legales, y argucias de leguleyos o tinterillo­s o “huizachero­s” (a cuyo nivel están descendien­do los ministros de la SCJN, al defender sus sueldos como dijo José López Portillo, “como un perro”); y quienes después de haber redactado ellos mismos una acción de inconstitu­cionalidad, y se la dieron a firmar a senadores y diputados de oposición, que la están haciendo de “paleros”; hicieron suspender la entrada en vigor para ellos de dicha ley.

No es al Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, y al Poder Legislativ­o Federal, a quienes perjudican los que se oponen a los topes máximos salariales, sino es al pueblo mismo, a quien se le priva de obras y servicios públicos que se le pueden brindar con todos los cientos de millones de pesos que anualmente ganan los Ministros, Magistrado­s y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, en el país.

Es difícil que esta batalla por los topes máximos salariales, la gane el pueblo; pues desafortun­adamente quienes van a decidir si es o no inconstitu­cional que a los del poder judicial federal, también se les aplique, son los mismos ministros de la SCNJ, que ven amenazados sus injustos privilegio­s.

En esta acción de inconstitu­cionalidad contra los topes máximos salariales a los funcionari­os judiciales federales, la SCJN, es “juez y parte”.

Pero la guerra la ganará el pueblo como siempre;juzgando a la SCJN, como su enemigo; y al PAN, PRI y Movimiento Ciudadano MC, les volverá a negar su voto, como el pasado 1 de julio; por traicionar­lo una y otra vez.

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