Milenio Laguna

Adiós al padre de una estética, la bossa nova

El autor de éxitos mundiales como “Garota de Ipanema”, “Desafinado”, “Aquarela do Brasil” y “Corcovado” falleció a los 88 años en su casa de Río de Janeiro. “Su lucha fue noble, intentó mantener su dignidad al perder su soberanía”, declaró su hijo

- M. HERMES/AFP

El precursor del género, junto a Tom Jobim y Vinícius de Moraes, murió a los 88 años en Río de Janeiro, ciudad que enmarca el tema “La chica de Ipanema”; su versión dio estatus mundial a esta revolución de la música de los 60.

Miles Davis, que conocía el valor del silencio, dijo alguna que vez que “João Gilberto en la guitarra podía leer el periódico y sonar bien”. Ayer periódicos y agencias de noticas anunciaron que la acariciado­ra voz de uno de los padres de la bossa nova había quedado en silencio en su casa de Río de Janeiro.

Perdimos a un gran músico, pero ganamos un rico catálogo de canciones que han dado la vuelta al mundo y que ahora, gracias a las redes, están disponible­s. Desde su primer éxito, “Chega de Saudade”, que lo dio a conocer en Brasil hace seis décadas, hasta “Garota de Ipanema”, “Desafinado”, “Corcovado”, “Aquarela do Brasil”, “Bim Bom”, “Maria Nimguém” y “Doralice”, por nombrar su piezas más conocidas.

Hasta el momento no se conocen las causas de fallecimie­nto del músico que tenía 88 años, si bien, su hijo Marcelo afirmó: “Mi padre murió. Su lucha fue noble, intentó mantener su dignidad al perder su soberanía”.

Luego de dar tanto al mundo, Gilberto vivió sus últimos años en una pesadilla, pues su hija Bebel, también cantante, solicitó que se le declarara inhabilita­do judicialme­nte, ya que por su

avanzada edad, decía, estaba incapacita­do para manejar sus finanzas. Agobiado por las deudas dejó su lujoso departamen­to en una zona privilegia­da de Río de Janeiro.

Ante la noticia, su amiga, la cantante brasileña Gal Costa, dijo a la agencia de noticias AFP que “João cambió la música del mundo para siempre, enseñó la delicadeza de Brasil, trajo la modernidad”.

Bernardo Araujo, crítico de música del diario O Globo, resaltó que “fue la principal voz del movimiento brasileño más conocido en el mundo y fue revolucion­ario casi de forma involuntar­ia”.

Hace algunos años, Toquinho, otro de los grandes de la música brasileña, afirmó: “La bossa nova para mí es una persona sola, que es João Gilberto. Él hizo la bossa nova, él es la bossa nova, esa atmosfera de sonido, de tocar la guitarra y el samba, de armonizar de una forma más requintada, de cantar con poca voz pero con emoción…”.

O, como bien ha sintetizad­o Caetano Veloso: “mejor que el silencio solo João”.

“Cambió la música del mundo para siempre; enseñó la delicadeza de Brasil”, dijo Gal Costa

Nace un género

Nacido en Juazeiro, a los 14 años descubrió la música en la guitarra y cuatro años más tarde ya se le escuchaba cantar en la radio de Salvador de Bahía. Un año después ya vivía en Río de Janeiro. Sus primeras grabacione­s fueron con una banda conocida como Garotos da Lua .

La aparición del álbum Chega de saudade en 1959 marca el nacimiento de la bossa nova y la carrera ascendente de un cantante de voz suave y acordes de guitarra amables y muy inventivos.

Estas cualidades se enriquecer­ían en discos subsecuent­es, como O amor, o sorriso e a flor y João Gilberto.

Más exitosa fue su carrera cuando la bossa nova conquistó Estados Unidos y grabó con Stan Getz y Antonio Carlos Jobim Getz/Gilberto, en 1964, disco que fusiona su música con el jazz con la complicida­d de Jobim.

De ese disco se recuerda sobre todo la versión de “Garota de Ipanema” en inglés, “The Girl from Ipanema”, grabada por su esposa Astrud Gilberto, que de inmediato se volvió un éxito internacio­nal.

Perfeccion­ista

Alcanzar tan alto nivel de composició­ne interpreta­ción, dicen quienes lo conocieron, tenía que ver con su búsqueda de la perfección, que alcanzaban niveles de obsesión.Además de que su carácter no era precisamen­te dulce.

Dice una anécdota que durante la grabación de Getz/Gilberto hubo enfrentami­entos entre el brasileño y el estadunide­nse, acentuados porque ni Gilberto hablaba inglés ni Getz portugués.

En un momento dado, el autor de “Garota de Ipanema” le dijo a Jobim, quien fungía como una suerte de árbitro: “Tom, dile a éste que es un burro”, frase que el intérprete tradujo como “João dice que está muy contento de grabar con usted”. El saxofonist­a comentó entonces: “Por el tono de voz no lo parece”.

Una mansión de 25 habitacion­es para Getz y 25 mil dólares para Gilberto, más dos Grammy, se ganaron gracias a las ventas de “Garota de Ipanema”. A quien no le fue tan bien económicam­ente fue a Astrud Gilberto, que por grabar recibió 130 dólares, aunque, claro, adquirió el derecho de pasar a la historia.

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MARY ALTAFFER/AP La fama del músico creció cuando la música brasileña llegó a Estados Unidos.
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DARIO ZALIS/EFE En nuestro país grabó un disco que incluía “Farolito” y “Cuando vuelva a tu lado”.

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