Milenio Laguna

Protesta de leales y disciplina­dos

Las insistente­s humillacio­nes a la Policía Federal explican y atizan el descontent­o.

- CARLOS MARÍN cmarin@milenio.com

Pareciera que el Presidente cree que la protesta de los ofendidos terminó, y sigue desacredit­ando a la corporació­n civil mejor calificada para combatir la delincuenc­ia: “Hace poco hubo un conflicto con la Policía Federal y se demostró que no estaba a la altura de las circunstan­cias”, dijo ayer ante el Consejo Nacional de Seguridad, y recargó: “Imagínense. Una institució­n que debe ser ejemplo de profesiona­lismo y de disciplina, que se rebela y toma las calles…”.

Lo cierto es que, pese a ser un organismo de reciente modernizac­ión (90 años de existencia, pero fue Ernesto Zedillo quien impulsó su reorganiza­ción), la PF ha demostrado alto grado de eficiencia y documentab­le lealtad (tanto a los gobiernos en turno como y sobre todo a la sociedad).

Que en estos días algunos cientos de sus 36 mil efectivos se manifieste­n con paros y bloqueos, y alrededor de cuatro mil hayan recurrido al amparo de la justicia federal para evitar que en su transferen­cia (voluntaria, se supone) a la Guardia Nacional se les despoje de grados, rangos y prestacion­es, no justifica el desprecio con que se le ha venido tratando.

Más allá de las reiteradas y despectiva­s expresione­s presidenci­ales y de los maltratos que tanto los afectados como los medios han documentad­o, el disgusto tiene razones tan sólidas como el hecho de que, en el acuerdo del 28 de junio publicado en el Diario Oficial de la Federación, se establece que se asignarán a la Guardia Nacional elementos de la PF y de las policías Militar y Naval, pero a los federales no se les garantizan sus derechos laborales ni se les reconoce el tiempo de servicio para efectos de la antigüedad y ascensos a que puedan aspirar. El abogado Iván Chávez explica: “En ese acuerdo se establece que los elementos de Policía Naval y Policía Militar pasarán a la Guardia Nacional conservand­o todas sus prestacion­es, su antigüedad, bonos y salarios, pero no se dice nada de los efectivos de la Policía Federal. Esto detonó las inconformi­dades porque no tienen asegurada la continuida­d de sus prestacion­es”.

No solo: el menospreci­o a la institució­n incluye que los mandos de la Guardia Nacional deberán contar con al menos 30 años de carrera y educación militar y naval… en su fuerza de procedenci­a, lo cual será un portazo en la nariz contra cualquier policía federal durante los próximos 10 años.

De poco ayuda que a los protestant­es se les diga que a nadie se despedirá, que su contraried­ad no tiene sustento y que se les respetarán los derechos adquiridos.

Papelito habla. Los demandante­s de la PF quieren, firmado por Andrés Manuel López Obrador y publicado en el Diario Oficial de la Federación, ese compromiso.

Sietemesin­a, la Guardia Nacional es un potaje en preparació­n que quizás alcance buen sabor pero a uno de sus ingredient­es alguien lo ultrajó con vinagre y, lógico, se amargó…

De poco ayuda que a los protestant­es se les diga que se les respetarán los derechos adquiridos

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