Austeridad, divino tesoro
En enero, los zapatistas anunciaron su rechazo al Tren Maya. No solo faltan los estudios ambientales para esa obra, faltan los de los conflictos sociales que provocará la construcción del proyecto. Otro tigre más a la raya, o como se diga...
Como una modesta contribución a la austeridad republicana, en su viaje a Montreal, Gil entró a un restaurante de la calle de Prince Arthur que tiene fama de vender las mejores fruits de mer de la ciudad. Adosado a una mesa, Gilga hizo su contribución pidiéndole al mesero una sopa de cangrejo, una langosta, completa, no la triste cola de langosta, y diversos aderezos, Gamés eligió la clásica mantequilla derretida. Acompañó su platillo central con una botella de champaña, la marca de momento no importa. Luego pidió una docena de ostiones.
Gamés meditó: nada como apoyar a la austeridad republicana, que consiste según ha entendido Gil en hacer pedazos los salarios públicos, despedir empleados federales, desarmar la administración pública, reasignar partidas presupuestales a diestra y siniestra. Si a esto se le llama austeridad, Gamés contribuye, no sin modestia, avec les fruits de mer et la champagne.
El Presidente itinerante inició una gira por diversos hospitales de Chiapas. Como una centella negó que el desabasto de medicinas en el sector salud se deba a la austeridad: “por politiquería, hay quienes acusan que el desabasto de medicinas es por la austeridad. Les digo que continúa el programa para que no vayan ustedes a hacer caso a los que difunden rumores”.
Gilga se llevó los dedos índice y anular a las sienes, ademán de nuestros tiempos, y caviló: bien, el desabasto no se debe a la austeridad, entonces sí hay desabasto de medicinas. No es la mejor de las noticias. El Presidente visitó siete hospitales. La nota de Omar Brito de su periódico MILENIO informa: “El Presidente aclaró que junto con todo el gabinete de Salud y funcionarios de Hacienda visitará los 80 hospitales del IMSS Bienestar (…). Enumeró cuatro acciones: abasto de medicinas al 100%, más médicos y especialistas, mejor infraestructura y regularización de eventuales”. Las acciones suenan consistentes, ahora mal sin bien: ¿de dónde vamos a sacar más médicos y especialistas,
de dónde vendrá el dinero para la infraestructura? La solución a este misterio podría estar escrita en los Rollos del Mar Muerto, y en la austeridad. En fon.
Basta de divisiones
El Presidente se acercó a los zapatistas. Reconoció que ayudaron a visibilizar (sic) la marginación de las comunidades indígenas, pero dijo que ya es tiempo de dejar atrás la confrontación: “Respetamos mucho al movimiento zapatista y por ello mi recomendación fraterna de que no nos peleemos. Ya basta de divisiones, necesitamos unirnos todos”, dijo en su visita a la comunidad de Guadalupe Tepeyac. Gil entrecerró los ojos: el Presidente respeta al movimiento zapatista, pero el movimiento zapatista no respeta al Presidente. Qué lío. Y eso para no hablar del jefe, el subcomediante Marcos-Galeano.
De pasadita, el Presidente criticó a sus opositores: “Que quiero hacer el aeropuerto de Santa Lucía, llueven amparos; el Tren Maya, llueven los amparos; la refinería para ser autosuficientes en Dos Bocas, los amparos”. Esta proclividad al amparo proviene quizá de alguna decisión tomada a la trompa talega, por mis pistolas y no pocas veces por encima de la legalidad. ¿Va bien Gil o se regresa?
Gil cree recordar que el EZLN hizo una campaña en 2006 en contra del candidato Liópez
La tercera
El Presidente recordó que ya visitó en tres ocasiones la zona zapatista. La primera en 1994, para conocer de cerca el movimiento del EZLN. La segunda con Cuauhtémoc Cárdenas en un momento en que estaba tensa la situación en esa zona. La memoria de Gil es una balsa a la deriva, pero cree recordar que lo mandaron a volar y que el EZLN hizo una campaña en 2006 en contra del candidato Liópez. Gil apuesta doble contra sencillo a que Marcos le contestará al Presidente con una majadería, pero Liópez Obrador podría además recomendarle al guerrillero de la hamaca un nutriólogo, el guerrillero posmoderno, mju, avanza hacia la obesidad a pasos de gigante.
Hay dos formas de cambiar la realidad, dijo el Presidente. La primera es a través de las armas y la segunda participando en elecciones. ¿Solo dos? ¿Y si hubiera tres o cuatro? El Presidente dijo que él optó por la vía electoral hasta obtener la Presidencia del país. Esto último es una verdad de cien kilos, una verdad de peso.
En enero, el EZLN anunció, a través de su vocero el subcomandante Moisés, su rechazo al proyecto del Tren Maya que atravesará la selva chiapaneca. No solo faltan los estudios ambientales para esa obra, faltan los estudios de los conflictos sociales que provocará la construcción del tren. Otro tigre más a la raya, o como se diga.
Todo es muy raro, como diría Voltaire: “Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado”.