Dedicados a extorsionar y secuestrar
Al final no quedará piedra sobre piedra y uno se pregunta dónde estará el negocio entonces; además, el mercado lo disputan los grupos criminales, y los cuerpos colgados o desmembrados son una intimidatoria exhibición del parte de bajas del bando contrario
El tema, para nosotros los mexicanos, ya no son siquiera las drogas, ahora que Donald Trump amenaza con nuevas represalias si no detenemos totalmente el flujo de estupefacientes hacia su país. Después de todo, estamos hablando de que se consumen allá. ¿Por qué debiera importarnos eso? Y, encima, es asunto suyo, muy suyo, de quien quiera meterse toda la cocaína y toda la heroína que le dé la gana en su organismo. Termina por ser una cuestión de salud pública desde luego —y, bueno, la familia del drogadicto se ve afectada y hay también repercusiones económicas y lo que ustedes quieran y manden— pero entonces habría que prohibir también el alcohol. El gran problema —para nosotros, lo repito— ya no es ése sino la trasmutación de los traficantes en secuestradores, en extorsionadores, en torvos criminales que amenazan al vecino, al dueño de un restaurante o a la chica que estudia en la universidad.
He escrito incontables veces que los individuos que ahora están metidos en el narcotráfico no se dedicarán a vender Biblias de puerta en puerta si se legalizan totalmente la venta y el consumo de
todas la sustancias que están prohibidas en estos momentos. Comenzarán a hacer justamente lo que ya están haciendo ahora, es decir, a robar, a exigir cuotas a los comerciantes, a secuestrar a empresarios y a sembrar terror llevando, en último lugar, a la quiebra económica de comunidades
enteras. Algo, señoras y señores, que está ocurriendo en muchos puntos del territorio nacional. Al final no quedará piedra sobre piedra, por decirlo de alguna manera, y uno se pregunta dónde estará el negocio entonces. Pero, además, el mercado se lo disputan violentamente los distintos grupos criminales y esos cuerpos que aparecen colgados o desmembrados una mañana cualquiera en este poblado o en el de más adelante son meramente una intimidatoria exhibición del parte de bajas del bando contrario. No sabemos tampoco si alguien se alzará con el triunfo pero, de entrada, se matan entre ellos. Es una economía muy extraña, aparte de siniestra, la del crimen organizado: acaban poco a poco con el cliente hasta exterminarlo por completo y luego se dedican a aniquilarse mutuamente. Y todo eso, por no poder comerciar con sus drogas tranquila y alegremente. Ustedes dirán.
Ley con clara dedicatoria
Con la novedad de que en el estado libre y soberano de Tabasco, gobernado de arriba abajo por la gente de Morena, acaban de cocinar una ley que castiga a los ciudadanos que impidan “el libre tránsito de personas, vehículos, maquinaria, equipo especializado o similar para la ejecución de trabajos de obra públicas o privadas”. Las penas por violar las nuevas disposiciones del Código Penal de la entidad son descomunales: hasta 16 años de cárcel, ni más ni menos, aparte de multas estratosféricas. Estamos hablando de que se criminaliza
una forma de protesta social. O sea, que no secastiga,porlopronto,quesalgasalacalle avociferarcontraelneoliberalismoo,digamos, contra el mismísimo señor gobernador de la tierra que vio nacer a nuestro señor presidente (aunque habría que ver) sino que lo que se sanciona severísimamente es que bloquees vías del ferrocarril como hacen los agremiados de la CNTE, que cierres calles y avenidas como acostumbran cotidianamente toda suerte de revoltosos en Ciudad de México (o como lo hizo el mismísimo Obrador, pretextando que le habían robado la Presidencia de laRepúblicaenlaseleccionesde2012),que salgas con machetes para impedir la construcción de un aeropuerto como ocurrió en su momento en Atenco o que no dejes queprosiganlostrabajosdeltrensuburbano hacia Toluca, como han hecho los vecinos de Ocoyoacac, en el Estado de México (una de las razones, entre otras tantas, por las que no se ha podido terminar la obra).
La ley es buenísima, oigan, aunque un tanto redundante porque las contravenciones que castiga ya están debidamente consignadas en otros ordenamientos legales y son también punibles. Lo que me extraña es su paternidad: la redactaron justamente quienes se han dedicado a eso —a bloquear, a impedir, a sabotear los proyectos gubernamentales y no dejar que se haga nada— desde sus orígenes. Era su vocación primera, vamos. Ah, pero ahora ya están el poder. Se entiende que cambien, con perdón. El poder transforma a los humanos. Pero hay algo más, si me permiten ustedes: lleva dedicatoria, la mentada ley. Es para que la refinería de Dos Bocas se construya de la manera más tersa y amable, a diferencia de los proyectos que no se pudieronhacer:elaeropuertodeAtenco,la presadeLaParotaenGuerrerooelDragon Mart de Quintana Roo. Gracias, Morena. ¡Ahora sí que México va a progresar!
Nuestra ciencia es más auténtica
La ciencia “occidental”, la de los viajes a la Luna y todo eso, será aquí sacrificada en el altar de una ciencia “nuestra”, especie de sabiduríamilenariaautóctonaelevadaoficialmenteaunacondicióndeverdadacreditableenlacomunidaddeinvestigadores. Me temo, por mi parte, que esta deriva hacia lo nacional-primigenio tenga impacto en otros ámbitos: ¿dejaremos, por ejemplo, de reconocer la pintura abstracta y la música de Schönberg?
La nueva ley en Tabasco es para que la refinería de Dos Bocas se haga de la manera más tersa