Milenio Laguna

Reparto agrario de Lucio Blanco

- RODOLFO ESPARZA CÁRDENAS

Esta semana tuvo fechas importante­s que rememorar: un día 4 de 1565 muere Toribio de Benaventeq­uienescrib­ieraelimpo­rtantelibr­o La Historia de los indios de la Nueva España; también acontece

en 1639, en Madrid, la muerte del magnífico dramaturgo novohispan­o Juan Ruiz de Alarcón, nacido en Taxco, autor de una de la joyas del teatro barroco La verdad sospechosa y otros sucesos; pero quiero destacar lo sucedido el 6 de agosto de 1913, en Matamoros, Tamaulipas, cuando el general Lucio Blanco entregó a 11 campesinos la hacienda Los Borregos, propiedad que era de Feliz Díaz, constituye­ndo el primer reparto agrario desde que Madero iniciara la Revolución. Desde luego que lo anterior sucedió a cuatro meses de iniciada la Revolución Constituci­onal is ta y nada tiene que ver con el reclamo de Zapata cuya bandera era la devolución de las tierras comunales arrebatada­s a los pueblos indígenas y quien reprochara a Madero su in cumplimien­to adías de haber tomado posesión de la Presidenci­a de la República, acto totalmente injusto; este fue un reparto dentro de otra lógica y otra visión de justicia, de autentica raíz revolucion­aria. El acto fuere probado por Carranza quien ya había discutido previo ala firma del Plan de Guadalupe, lo inoportuno que era sumar a la

El acto fue reprobado por Carranza quien ya había discutido...

rebelión contra Huerta causas sociales, por la discordia que pudiera provocar ante el objetivo prioritari­o del momento que era el de derrocar al poder usurpado. Sin embargo no lo revocó, solo quitó el mando a Blanco para sumarlo alas fuerzas de Obregón. De hecho semanas después en Hermo si l lo, Carranza declaró que pronto e inevitable­mente la revolución incorporar­ía las causas de justicia social. Lucio Blanco seguro de acuerdo con Francisco J. Mújica se adelantó a cumplir un reclamo que dejaba de ser latente para manifestar­se como una de las mayores causas de la Revolución.

Lucio Blanco fue un líder querido por sus tropas, con las cuales salió deMoncl ova a principios del mes de abril; su ética era formidable lo cual se nota en la carta enviada al jefe militar federal para que rindiera la plaza de Matamoros, documento que revisaremo­s la próxima vez por los valores que en cierra. Su acto fue bien estudiado, fundamenta­do y ejecutado pero sobretodo pensado como un hecho de justicia contra la explotació­n sufrida por la clase campesina.

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