Ricardo Monreal
“México sigue siendo la piñata electoral de quienes gobiernan EU”
El presidente Trump ha lanzado una nueva amenaza al gobierno de nuestro país: si dentro de un año no hay una disminución en el tráfico de las drogas que pasan por territorio mexicano, se le retirará la certificación correspondiente.
Esta descertificación implicaría algunas sanciones, como inscribir a México en una lista negra de países no recomendables para el turismo, la inversión y la cooperación internacional, además de cancelar fondos para el combate al narcotráfico.
Si bien la descertificación antidrogas no tendría los efectos económicos devastadores del aumento de aranceles que se anunció hace un par de meses, sí colocaría a México en la categoría de países débiles ante el narcotráfico, como Colombia, Afganistán o Pakistán, presionando la calificación de riesgo-país.
Está demostrado que el mecanismo de certificar a otros países no ha sido útil para disminuir la producción, venta y consumo de drogas en EU, por la sencilla razón de que se ataca la oferta, pero no la demanda de estupefacientes en el vecino del norte, donde ya poco o nada puede aportar el enfoque tradicional punitivo o policial del problema y, en cambio, se ha relegado
Debemos evitar que México sea la piñata electoral de demócratas y republicanos
el enfoque de salud pública y prevención de adicciones, que podría aportar una solución más eficaz a la problemática de la drogadicción.
Certificar o no a un país en la lucha antidrogas es más una práctica política de premio-castigo, zanahoria-garrote, abrazobalazo, que un procedimiento útil para atacar el problema de uso y abuso de las drogas ilegales en el mundo.
Esta nueva amenaza evidencia que México sigue siendo la piñata electoral del grupo de republicanos que actualmente gobierna desde Washington. Dentro de un año exactamente ya estará en pleno desarrollo la campaña por la reelección del presidente Trump, y los temas del muro con México, los migrantes y el narcotráfico ocuparán el debate público.
Sin embargo, no todo está perdido para México. Estrechamente vinculado con el tema de las drogas se encuentra el debate sobre el creciente número de armas en manos de civiles, que irrumpió fatídicamente con el ataque criminal colectivo en El Paso, Texas, dirigido contra hispanos, pero que también afectó a estadunidenses blancos. La compra y posesión de armas por civiles será un tema a discutir en la próxima elección estadunidense, y por primera vez en muchos años hay altas probabilidades de que ahora sí pueda avanzar la legislación y regulación en la materia.
Una medida de este tipo ha sido planteada por México desde hace años, ya que el 75% de las armas que han causado la muerte de más de 250 mil connacionales en la fallida guerra contra las drogas las provee nuestro vecino del norte.
Mientras esto sucede, debemos preguntarnos cuál es el mejor antídoto para evitar que México sea la piñata electoral de demócratas y republicanos por igual, por los temas bilaterales como la migración y el narcotráfico.
La respuesta es sólo una: que México cumpla, de manera eficaz y sin dilaciones, sus obligaciones como Estado soberano para regular y ordenar el tránsito de personas migrantes por su territorio y, a la vez, combata eficazmente a los cárteles de las drogas que operan en el país.
Cumplidas las obligaciones soberanas internas, se acabarían los chantajes políticos y económicos externos.