Lo biodegradable, más allá de una tendencia de negocio: Susana Estens
Coahuila. De acuerdo con Susana Estens de la Garza, ambientalista y activista ecológica, la sustitución y uso de insumos en restaurantes, cafeterías y similares, no debe de ser una cuestión meramente de percepción
La activista asegura que no basta con querer ser portador de esta nueva cultura en el cuidado del medio ambiente.
De acuerdo a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, se estima que globalmente al año se utilizan 500 billones de bolsas de plástico, donde sólo el 50% se utiliza una sola ocasión; y mientras unos señalan que una tarda 100 años en degradarse, otros sostienen que son 400 años, representando perjuicios a los ecosistemas, la biodiversidad y la salud humana.
Recientemente en Torreón se llevó a cabo la primer Feria de Proveedores para la Industria de Alimentos en pro del Medio Ambiente, que tuvo la participación de treinta proveedores de insumos de material biodegradable para restaurantes así como proveedores del reciclado de aceites quemados, trampas de grasa y el cuidado ecológico y ambiental.
Esta exposición se dio en el marco de la aprobada Ley Estatal de Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente de Coahuila, que determina la prohibición del uso de bolsas de plástico y popotes en establecimientos comerciales.
El documento publicado por el Congreso del Estado, prohíbe a todo establecimiento comercial dentro de Coahuila, proporcionar a los consumidores cualquier tipo de bolsa de plástico desechable para acarreo, carga, envoltura o empaque de productos, ya sea de manera gratuita o a la venta para este fin; hace una excepción para las bolsas de plástico que sean fabricadas con materiales que permitan su reciclado, reutilización o que el ciclo de vida no sea mayor a diez años, y que procure la utilización de materiales provenientes de recursos renovables, como los biopolímeros para su biodegradación.
Biodegradable con reservas
De acuerdo a Diana Susana Estens de la Garza, ambientalista lagunera y activista ecológica, la sustitución y uso de insumos biodegradables en restaurantes, cafeterías y similares, no debe ser una cuestión meramente de percepción. Es decir: “Se tiene que hacer un balance energético. Desde donde provienen los materiales, los recursos naturales o si es papel o combustibles fósiles”.
Refirió que no basta con querer ser portador de esta nueva cultura en el cuidado del medio ambiente, ya que se debe ir más allá. “Hay que conocer cuál es la huella de carbono de un material y del otro cuando lo están trasladando en su proceso, cuánta agua se necesita para llegar a este material, sea la bolsa o el cartón. Cuál es su tiempo de vida. Será un error si se usará sólo en una ocasión”.
Señaló que el seguimiento de la huella de carbono tendrá que darse igualmente si se considera el uso de cerámica. Saber desde cuánto cuesta desde la perspectiva ambiental el uso de un lavaplatos, usar agua, el impacto del jabón. De tal manera que tomando en cuenta todos estos elementos, se tendrá un balance energético y de huella de carbón para decidir. “A grandes rasgos lo mejor es que no sea de un sólo uso, que no provenga de recursos fósiles, (no renovables)”, sugirió.
Desde vasos de papel hasta de fécula de maíz
Como ya se mencionó, recién en Torreón se realizó la primer Feria de Proveedores para la Industria de Alimentos en pro del Medio Ambiente, con treinta proveedores de insumos de material biodegradables. Un caso es de la empresa Aliado Ecológico, que es distribuidor en La Laguna de vasos, platos, contenedores de alimentos hechos con material biodegradable.
Julieta Rodríguez, representante de ventas de este negocio comenta: “Vendemos productos biodegradables y desechables. Hay productos de fécula de maíz que es biodegradable; de caña de azúcar que son compostales así como los de paja de trigo. Manejamos además el material del polímero extraído del maíz en vasos para bebidas frías”.
En su exhibición muestra además vasos de papel con recubrimiento de papel, otro de polímero de maíz para bebidas frías y calientes. Así como los popotes hechos del mismo material; bolsas kraft para los restaurantes.
“Se tiene que hacer un balance energético. Desde donde provienen los materiales, los recursos naturales o si es papel o combustibles fósiles”
“Hay que conocer cuál es la huella de carbono de un material y del otro cuando lo están trasladando en su proceso”
Diana Susana Estens de la Garza
Ambientalista lagunera y activista ecológica.
Los popotes hechos de PLA, que es el sustituto del plástico. Mientras que los contenedores están hechos de paja de trigo que utilizan los restauranteros para dar servicio de comida para llevar
Entre sus principales clientes están grandes empresas así como restaurantes. Actualmente se tienen más de 20 restaurantes que están poco a poco arraigando esta cultura.
Una oportunidad para hacer negocio
Si bien Susana Estens de la Garza reconoce que esta tendencia del cuidado medioambiental sí está representando toda una oportunidad de negocio, también fue crítica al respecto: “Esto porque cada vez más se opta por comer fuera de casa o pedir comida a domicilio; pero yo quisiera preguntar ¿cómo le hacíamos antes? Se llevaba el contenedor, se recurre a llevar bolsas al supermercado. Ahora dicen que no usen las bolsas de plástico y casi se quieren cortar las venas, porque las bolsas se usan para captar la basura, pero cómo se hacía antes. Poca gente se acuerda de las envolturas en papel periódico que le daban a las amas de casa en el supermercado, ahí echaban la verdura, en eso te lo pesaban y te la llevabas a tu casa. El papel te servía para limpiar los vidrios. Había otras opciones”.
Lamentó que las nuevas generaciones tengan esta falta de memoria de lo que se vivió en antaño y que era bueno. “Hay que voltear un poco hacia atrás, son opciones todavía. Eres millennial, te preocupa el cambio climático, entonces haz algo, más allá de estar en las redes sociales, más allá de pronunciarse a favor de hacer algo para mitigar el cambio climático; que hagan algo verdaderamente efectivo y eso es en su estilo de vida, porque es el estilo de vida lo que está marcando esa huella de carbono y lo que está contribuyendo a la contaminación. El cambio de hábitos con respecto a lo que producimos y lo que consumimos”.
Lo ecológico puede ser retro dijo; ya que antes no se usaba tanto plástico. Aunque si bien no todo lo pasado era bueno, pero tampoco era del todo malo: “Podemos rescatar a favor de una sustentabilidad. El uso de utensilios de peltre o el barro se ha retomado, y preferible que sean vasos de cristal, lozas de cerámica, lavable. Y en la medida en que se lo pidamos como clientes”.
Para inculcar estas disposiciones dijo se tienen dos instrumentos: La conciencia y el otro es la ley. Y en su opinión, si en la ley ya marcaron que hay un tiempo de transición para dejar el plástico de un solo uso y si no se está convencido, será a través de la sanción, como ha sido en otros temas.
“Y creo que ya es tiempo que migremos como ciudad a una separación de residuos más efectiva. Y uno de los caminos es a través de los recolectores. Está en la Ley General de Equilibrio Ecológico así como en el Reglamento Municipal, marca que se tiene que privilegiar la separación, valoración y el reciclaje”, expuso.
Basura es basura
Estens de la Garza cuestiona sobre el uso de insumos bajo la premisa de ser biodegradables: “Es biodegradables bajo qué condiciones, de luz, temperatura, de organismos, cuánto tiempo demorará en biodegradarse. Si se compacta y se lleva al relleno sanitario donde no se tienen anaerobios, tardará muchos años antes de que realmente se biodegrade. Mientras seguirá siendo basura y más si están revueltos”.
Finalmente los negocios como los restaurantes explicó, están obligados a pagar la disposición final de sus residuos, así como pagan la luz, el teléfono. Los negocios, industrias y los restaurantes deben tener un recolector, que esté autorizado por el gobierno. Los restaurantes deben tener un espacio resguardado para los residuos y además hay empresas dedicadas a darles el servicio
“El restaurante puede reducir el gasto con la disminución en la generación de basura, ya que se les cobra por su peso, se genera como una cadena de custodia, donde los recolectores que dan servicio a los restaurantes, tienen
señaló._ que estar registrados y comprobar que se llevan los residuos al relleno sanitario y no se está quemando en un ejido. Se genera la cadena de custodia hasta la disposición final”,