Moral, Moreira de la moreiriña
¡Nooo, noooo, noooooo! No puede ser que gente decente como el profe Moreira, rey del chúntarostyle, sea criticado por aplicar una más de sus clásicas de la moreiriñas al recurrir a un magistrado cuaderno de doble raya para que le aplicaran al maestro Sergio Aguayo todo el peso de la ley por andar diciendo que el ex góber, que casi ni endeudó de manera salvajemente grupera a Coahuila, no era ni tan bueno, ni tan santo, ni tan puro, como todos sabemos que él, junto con su bróder, han sido dinamita. Lo más extraordinario es que el pago para resarcir el daño moral contra don Humbert (no se rían, no sean gachos) son 10 millones de pesos, además de pagar los costos del juicio y, al parecer, ir a barrer las casas de este honesto, probo y carismático político priista. Digo, nada más por testarearle su espléndido prestigio que ya ha valorado con creces la historia, esa cantidad me parece poca cosa, sobre todo porque para llegar a esa cifra de castigo, el impartidor de justicia debe suponer que su cliente, digo, el quejoso, tiene muy baja autoestima.
Algo completamente falso porque Moreira no solo se debe creer hasta guapo, sino acreedor a una LeyBonilla que le permita, por supuesto con la venia de los votantes, volver a gobernar el estado y se acabe de llevar lo que dejó su hermano. O sea, si en Baja California el señor Bonilla puede jugarle al mago y a la prestidigitación electoral de un neoporfirismo retro norteño, Don Humbert lo merecería también.
Hay demócratas que están para padrotear a la democracia, pero no para ejercerla
Hay demócratas que están para padrotear a la democracia, pero no para ejercerla.
Como quiera que sea, uno se pregunta quién diantres querría ser gobernador de esos estados donde hay matazones un día sí y otro también como Michoacán, donde Chiflano Aureoles es tan eficiente que quiere importar policías ecuatorianos gorilescos de Lenín Moreno, al que curiosamente todavía no ha ido a entrevistar Jorge Ramos.
Pero bueno, la cosa es que con eso de que nadie quiere a Don Moreira solo porque bajo la mirada de los incautos, los resentidos sociales y los cuentachiles dejó un rastro de abuso y derroche (además esa vieja cantaleta, totalmente inverosímil, por supuesto, de que dejó entrar a los Zetas al estado como Juana por su casa), le están menospreciando su triunfo, sin olvidar a algunos oportunistas que hasta esperan que les preste una lana con el dinero del maese Aguayo.
¿Quién habrá llevado el caso de More ira, Me dina Mora?