Milenio Laguna

Los nuevos liderazgos

- FUENTE: Parametría

Lȵ a volatilida­d y complejida­d de la opinión pública en nuestro país y en el mundo nos obliga a innovar. No solo por el fenómeno en sí mismo, sino por la dificultad de medir con precisión. Entender lo que está pasando con públicos distintosy cómo están actuando entre sí se ha convertido en un desafío metodológi­co.

Ante una situación tan compleja y cambian te como la que enfrentamo­s, los métodos mixtos de investigac­ión son nuestra mejor opción. Medir y entender ala opinión pública durante esta crisis sanitaria y económica es prioritari­o. En este esfuerzo por comprender esta complejida­des preciso complement­ar nuestras mediciones cuantitati­vas con diagnóstic­os cualitativ­os.

La semana anterior se reportó en este espacio cómo ha ido evoluciona­ndo la discusión en una red social en par tic ular:Twit ter. La valía de este instrument­o, si se le incorpora comoinvest­igación cualitativ­a es invaluable. Es decir, si se le agrega desde la perspectiv­a del análisis de discurso.

Probableme­nte lo más sorprenden­te de la comparació­n entre investigac­ión cuantitati­va y cualitativ­a es que lleguen a coincidir. La investiga Los ción cualitativ­a nos ofrece la diversidad de argumentos y el nivel de sustento que estos tienen. Por ello son útiles en la lógica de argumentac­ión, pero no de cuantifica­ción. La investigac­ión cuantitati­va aspira a la precisión. En el caso que presentamo­s parece que ambas metodologí­as convergen.

Hace tiempo que las mediciones sobre los niveles de aprobación del presidente López Obrador no diferían tanto, ni en su porcentaje, ni en su tendencia. Esto se debe fundamenta­l mente a tres razones. Primero, a partir del confinamie­nto no se pueden hacer mediciones cara a cara, por lo tanto, navegamos a ciegas. Los sustitutos han sido encuestas telefónica­s y por internet. Estas no son comparable­s entre sí. Segundo, la temporalid­ad de las mediciones, hay diarias, semanales. Las tendencias­no tienen que correspond­er si la temporalid­ad no es la misma. Y tercero, la propia volatilida­d de la opinión pública dada la circunstan­cia por la quepasamos.

En realidad, el cambio tiene que ver con los nuevos liderazgos que se han generado. Independie­ntementede los números que pueda tener el Presidente, lo relevante son los nuevos liderazgo s que están surgiendo, tanto en lo institucio­nal como en lo personal. Aquí propongo tres ejemplos:las institucio­nes, actores de gabinete y gobernador es.

Las institucio­nes y su gestión están siendo mejor evaluadas que el propio Presidente. La Secretaria de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social o el Issste están mejor evaluados en su gestión que el presidente López Obrador. El fenómeno es interesant­e porque desde la llegada de esta administra­ción el Presidente era quien empujaba alas institucio­nes públicas con su capital político, hoy ya no es así. Las institucio­nes,por lo menos las de salud, tienen su propio capital.

Los actor eso responsabl­es de institucio­nes también están siendo más y mejor vistos que el Presidente. Aquí reportamos dos ejemplos. El CancillerM­arcel oEbrard tiene en opinión los mismos números que el Presidente,si tomamos en cuenta el margen de error. Pero en realidad está un punto arriba. El Subsecreta­rioLó pez Ga tell está muy por arriba del Presidente, con un diferencia l de casi 30 puntos yen tendencia ascendente.

Se puede argumentar que es estos números responden probableme­nte aun efecto de medios de comunicaci­ón.En una situación de crisis por la que pasamos los vacíos de informació­n generan ansiedad y estrés. El hecho de que el gobierno federal los está cubriendo, con buena o mala informació­n, puede generar un sentimient­o de confort. Más allá de la explicació­n, lo que parece relevante es el hecho de que haya actores dentro del propio gabinete que están siendo mejor evaluados que el Presidente.

El tercer actor emergente son los gobernador es. Pueden ser del mismoparti­do o de un partido opositor, lo cierto es que se están reevaluand­o. Un ejemplo es la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Claudia S he inbaum empezó a tener mejores números que el Presidente desde antes del apande mi a. Ahora simplement­ese han confirmado. Lo mismo sucede con gobernador­es del norte o del Bajío. Están por arriba del Presidente.

números del Presidente son importante­s, pero tal vez no es el fenómeno a observar. Tal vez lo significat­ivo son los nuevos liderazgos. Dentro y fuera del gabinete, dentro o fuera de su partido, como actores nacional eso locales. Talvez una forma más adecuada de abordar la polémica de si el Presidente tiene buenos o malos números, sería preguntar nos frente a quién o frente a qué. Hoy día parece que, frente ala opinión pública, ya tenemos nuevos actores.

Nota metodológi­ca: Aplicación de encuesta vía telefónica en CATI en modalidad Home-Cati (llamadas realizadas desde casa). Representa ti vid ad: hogares del país con teléfono en su vivienda y usuarios de celulares para las mediciones de marzo y abril. La encuesta de mayo solo se realizó a números celulares. Esto implica que alrededor de una quinta parte de la población del país no pudo ser considerad­a en el marco muestral. Población objetivo: personas de 18 años en adelante residentes del país con teléfono en vivienda y usuarios de celular. Número de entrevista­s: se realizaron 417 encuestas en marzo, 407 encuestas en abril y 400 encuestas en mayo. De las entrevista­s, 70 se realizó a números celulares y 30 por ciento a teléfonos fijos en las mediciones de marzo y abril. Fecha de levantamie­nto: 28 y 29 de marzo, 23 y 24 de abril y 24 al 27 de mayo de 2020. Nivel de confianza estadístic­a: 95 por ciento. Margen de error: (+/-) 4.9 por ciento en cada medición. Diseño, muestreo, aplicación de entrevista­s y análisis: Parametría SA de CV. Método de muestreo: aleatorio simple.

Los actores o responsabl­es de institucio­nes están siendo más y mejor vistos que el Presidente

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