La crisis cubana
De
acuerdo con la Doctrina Estrada, México no debe intervenir en los asuntos que son propios de otros países. La semana pasada el al hablar sobre Cuba, el Presidente Andrés Manuel López Obrador fijó su posición, llamó a los distintos países a no intervenir en la crisis que vive la isla caribeña y sin embargo, fue el primero en tomar una actitud parcial, utilizando tiempo oficial en sus conferencias de prensa para atacar a los medios mexicanos y a los periodistas que han destacado las protestas que se viven en Cuba.
En el espacio público ser preciso es importante y en ese sentido es justo señalar que la Doctrina Estrada aplica a los gobiernos, no a los ciudadanos, ni a los medios de comunicación. Es decir, yo como ciudadano puedo tomar partido, alzar la voz y escribir en contra de un régimen no democrático como el cubano, que ha traído pobreza y cercena libertades, de igual manera, todos los medios de comunicación del país pueden tomar una postura a favor o en contra del gobierno de Cuba, quien no lo puede hacer es precisamente el Presidente, pero en la práctica ya lo hizo.
La información que llega de Cuba es poca, precisamente porque su gobierno
La información que llega de Cuba es poca
implementó un apagón de internet que dificulta la salida y entrada de información, síntoma que basta para confirmar que las libertades más elementales no se respetan ahí, por ende, no sabemos que depara a las protestas, si estas detonarán cambios o la caída del régimen o si serán aplastadas como todos los intentos anteriores.
A pesar de la incertidumbre, considero que las protestas son justificadas y válidas, a nadie se le puede obligar a vivir eternamente en la opresión y no se puede caer en el simplismo de afirmar que Cuba debe resolverlo internamente utilizando sus instituciones, porque esas instituciones no permiten que los oprimidos se defiendan, de hecho, en este caso clamar por la no intervención internacional equivale a ponerse del lado del gobierno cubano y en contra de los derechos de millones de cubanos.