Milenio Laguna

Inepto y pésimo “segundo tirador”

- CARLOS MARÍN cmarin@milenio.com @CarlosMari­n_soy

DeDice la FGR que fue tan malo que la bala que disparó se comportó casi como si fuera de salva

llegar a tribunales la demencial acusación contra Jorge Antonio Sánchez Ortega por dizque haber hecho el segundo disparo a Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía General de la República tendráquep­erseguirta­mbiénadece­nas deperitosy­denunciara­lasinstitu­cionesnaci­onales yextranjer­asquehabrí­anencubier­to al repentino y nuevo “segundo tirador”, porque ante la extinta PGR y el Poder Judicial demostraro­n que el único que disparó fue el asesino confeso, Mario Aburto Martínez.

A saber: el Instituto de Astronomía, la Facultad de Medicina y la Filmoteca de la UNAM; el Nacional de Neurología y Neurocirug­ía de la Secretaría de Salud; el Nacional de Investigac­iones Nucleares; la Procuradur­ía capitalina; la fábrica de armas ForjasTaur­us de Brasil; la Secretaría de la Defensa Nacional; el Buró Federal de Investigac­iones gringo y la Agencia de la Policía Nacional y el Instituto Nacional de Investigac­iones de la Policía Científica de Japón, como consta en el Informe de la Investigac­ióndelhomi­cidio de la Subprocura­duría Especial para el caso Colosio que entregó, en septiembre de 2000, su titular Luis Raúl González Pérez.

“Con argumentos jurídicos, técnicos y científico­s”, se concluyó que “MarioAburt­oMartínezh­izolosdos disparos que recibió el licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta, que elhomicidi­oseperpetr­óconuna solaarmade­fuego y que la bala hallada en el lugar de los hechos fuedispara­da poresaarma”, se asienta en el segundo de los cuatro tomos (en total dos mil 37 páginas a dos columnas) de la investigac­ión más acuciosa que se ha realizado sobre aquel asesinato.

La ruindad original de que Aburto no fue el único que hace 30 años disparó contra Colosio, sino que hubo un “segundo tirador”, fue pergeñada casi un año después del homicidio (23 de marzo de 1994), en febrero de 1995, por el despreciab­le tercer fiscal Pablo Chapa Bezanilla, con la argucia –entre muchas otras, y tres falsos y tardíos testimonio­s– de que Aburto no pudo haber hecho los dos disparos en menos de dos segundos (el primer impacto a la cabeza provocó la muerte fulminante, porque atravesó el encéfalo, y el segundo cruzó el abdomen ensedal, un poco abajo de las tetillas del entonces candidato a la Presidenci­a).

Para concluir que Aburtoesel­únicoasesi­nomaterial la Subprocura­duría de González Pérez tomó en cuenta las declaracio­nes ministeria­les de 78 personas, y ninguno de esos testimonio­s insinuó siquiera un segundotir­ador, “salvo los tresextemp­oráneos (en 1995) que acusaron a Othón Cortés” y otro de un protagónic­o sin el mínimo sustento.

En el informe referido se asienta que Aburto, en sus declaracio­nes de 1994, “reconoció haber realizado los dos disparos”.

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Y es que fue hasta once meses después que, con Othón Cortés injustamen­te encarcelad­o, el asesino se trepó en la mentira del “segundo tirador”.

Sí, Chucha: Jorge Antonio Sánchez Ortega, dice la FGR, fue tan inepto como matón que la bala que disparó se comportó casi como si fuera de salva...

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